Con sus picaduras, los mosquitos no solo dejan marcas o hinchazón: pueden contagiar enfermedades tan graves como la malaria o la fiebre amarilla. Científicos de la Universidad Texas A&M están trabajando en una forma natural y muy efectiva para evitar la picadura de mosquitos: modificar bacterias en la piel para repeler su ataque sin tener que aplicar químicos.
El mejor repelente para mosquitos serán las bacterias de la piel
Cada año, estos insectos poco queridos son culpables de 725 mil muertes. Esto se debe a enfermedades como la malaria y dengue, que se transmite mediante sus picaduras. Científicos buscan una manera de evitar que los mosquitos sigan picando a los humanos y en lugar de crear un repelente repleto de químicos que puedan resultar nocivos, planean utilizar bacterias presentes en la piel que lograrían evitar que estos insectos voladores intercepten señales mediante sus sentidos.
El cuerpo humano está lleno de bacterias y la gran mayoría son buenas o por lo menos no provocan ningún daño. Estas bacterias se comunican entre si a través de la llamada percepción de quórum para regular su actividad.
Lo que hacen los mosquitos es interceptar la comunicación entre las bacterias de la piel, y es justamente sobre esa base que los científicos planean trabajar modificando las bacterias para que sus señales no puedan ser interceptadas
Modificación genética de bacterias
Los mosquitos son capaces de reconocer la piel de las personas al detectar la comunicación entre bacterias que todos tienen en la piel, específicamente las del tipo Staphylococcus epidermidis. Por ende, el reto de los investigadores radica en modificarla para que los mosquitos no la puedan sentir. Si se modifica el código genético de esta bacteria, escondiendo o cambiando las moléculas que interceptan los mosquitos para confundirlos, las personas tendrían un repelente natural y sin efectos secundarios.
La tarea no es tan sencilla como suena, pero desde la Universidad Texas A&M ya realizan experimentos para buscar la mejor manera de hacerlo. En el laboratorio modificaron una muestra de la bacteria Staphylococcus epidermidis, desactivando su capacidad para comunicarse con otras bacterias. Acto seguido, crearon una especie de carnada que contenía sangre de conejo y en su cubierta traía una especie de film que imitaba la piel humana, donde colocaron bacterias Staphylococcus epidermidis modificadas. Asimismo, también utilizaron otros con la bacteria sin modificación.
Los resultados fueron bastante positivos. Los mosquitos del tipo Aedes aegypti, que son los que transmiten la fiebre amarilla, se vieron doblemente atraídos a aquellas «víctimas artificiales» que tenían la bacteria sin modificar, con respecto a aquellas cuyas bacterias sí habían sido intervenidas.
El poder modificar la comunicación entre bacterias puede ayudar no solo a prevenir las picaduras de mosquitos, sino también el avance de graves enfermedades. Hasta ahora todo está en etapa de experimentación, pero en un futuro no muy lejano, este tipo de tratamiento a las bacterias podría librarnos de algo más que una picadura.