Activistas, ejidatarios e investigadores nacionales e internacionales han exigido la conservación de la Mariposa Monarca a la directora de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca, Gloria Tavera Alonso, quien en 2013 dejó el cargo como directora del parque nacional Barranca del Cupatitzio, para posteriormente obtener el ascenso por parte del comisionado Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Luis Fueyo McDonald.
Ante la problemática tras la desaparición y posible extinción de la monarca, ejidatarios han denunciado la tala ilegal de la zona, las autoridades encargadas de la reserva, han hecho caso omiso ante sus demandas
Durante 2014, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, dio a conocer sobre dicha problemática, donde anunció que podría incluir a la mariposa monarca entre las especies en peligro de extinción, sin embargo no se han otorgado las garantías de ese estatuto para detener y revertir las amenazas en su contra.
Así mismo, la dependencia dijo recibir una petición de grupos e instituciones ecologistas que presentaron datos sustanciales, justifican que la mariposa monarca se encuentra entre las especies en peligro de extinción.
Las secretarías de la Semarnat, junto con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), conocían sobre los despojos de madera tras las denuncias de activistas y ejidatarios, denuncian, sin embargo, no se presentaron al resguardo del bosque, el cual tuvo una afectación de 10 hectáreas aproximadamente.
El hábitat de la mariposa Monarca se redujo, al pasar de ocho hectáreas a cinco mil metros cuadrados en el último año, afirmó el secretario de Medio Ambiente del Estado de México, Miguel Ángel Contreras Nieto, sin embargo dijo que las afectaciones se deben a problemáticas que enfrentan los países de América del Norte, especialmente la afectación de la planta de algodoncillo que sufren los cultivos en Estados Unidos y la tala de bosques en México.
Hace una década, la mariposa Monarca llegaba, en promedio, a un área de ocho hectáreas de bosques mexiquenses, sin embargo, 2015 fue un año crítico con una zona de sólo seis mil metros cuadrados.
Por Ricardo Ortiz
El Ciudadano