Descubren que los pollos tienen personalidades y pueden controlar sus impulsos

La personalidad es un constructo psicológico, que se refiere a un conjunto dinámico de características psíquicas de una persona, a la organización interior que determina que los individuos actúen de manera diferente ante una determinada circunstancia. Al menos eso es lo que reza la teoría, pero como es sabido, no es algo exclusivo de los humanos, pues los animales también tienden a demostrar estas cualidades de vez en cuando y nos asombramos toda vez que lo hacen.

Un reciente estudio publicado en Biology Letters reveló que al igual que los humanos, los pollos muestran diferentes personalidades, e incluso, algunos pueden mostrar un control de impulsos comparable al de los monos.

Según esta investigación, las aves que tienden a permanecer cerca del golpe son más perceptivas y tienen mayor capacidad para controlar sus impulsos que sus amigos más exploradores.

Esta podría ser la primera vez que los científicos examinan el vínculo entre la propensión de un pollo a explorar y su capacidad para controlar sus movimientos.

Cómo demostrarlo

Los científicos examinaron los vínculos entre la inhibición y el comportamiento de rango en 19 pollos de corral, todos machos de engorde. Los pollos se clasificaron como guardabosques altos o bajos, dependiendo de qué tan lejos se aventuraron desde el gallinero. Los guardabosques altos, por ejemplo, generalmente viajaban más lejos.

Los investigadores utilizaron la prueba del cilindro para medir la inhibición de los pollos individuales y anotaron cualquier diferencia entre los dos grupos. Para tener éxito en la tarea, se requirió que el animal inhibiera su impulso inicial de alcanzar la comida en el centro de un cilindro transparente y recoger la comida de una de las aberturas laterales.

Primero, los pollos fueron entrenados con un cilindro opaco. Luego, se probaron 10 veces con un cilindro transparente.

Según los resultados, los guardaparques altos fueron los que obtuvieron los peores resultados, mostrando bajos niveles de inhibición y obteniendo puntajes más bajos en la prueba que cualquier especie probada. Sin embargo, los guardabosques bajos lograron puntajes más altos, equivalentes en algunos casos a los de algunos monos y prosimios.

La diferencia clave entre los dos grupos, dicen los investigadores, fue que los  pollos bajos lograron mejorar su rendimiento con el tiempo. En otras palabras, les fue mejor en los últimos cinco intentos que en los primeros cinco. Los altos guardabosques, sin embargo, no lo hicieron.

Rasgos  atribuidos

Los autores del estudio sospechan que esta disparidad se reduce a los rasgos de personalidad. Los guardabosques bajos tienden a ser más temerosos, vigilantes y pasivos, y muestran una mayor respuesta a la corticosterona cuando se exponen al estrés. En esencia, son más reactivos que sus homólogos de alto rango. Por lo tanto, tiene sentido que también estén más atentos a su entorno y que puedan ser más flexibles en su comportamiento.

Investigaciones anteriores han demostrado que los pollos menos exploratorios tenían mejor memoria espacial que los pollos más exploratorios. La memoria espacial se refiere a la conciencia o atención a los alrededores.

Otros estudios destacan que los pollos “tienen personalidades distintas y pueden superarse mutuamente. Conocen su lugar en el orden jerárquico y pueden razonar por deducción, que es una habilidad que los humanos desarrollan a la edad de siete años”, de acuerdo con un artículo publicado por La Vanguardia.

Una investigación realizada en 2017 demostró que los pollos tienen cierto sentido de los números.

Experimentos con polluelos domésticos recién nacidos han demostrado igualmente que pueden discriminar entre cantidades.

Además, se ha visto que pueden recordar la trayectoria de una pelota hasta 180 segundos si la ven en movimiento y un minuto si no la ven.

La comunicación del pollo también es bastante compleja, y consiste en un amplio repertorio de diferentes presentaciones visuales y, como mínimo, 24 vocalizaciones distintas. Las aves poseen la capacidad compleja de la comunicación referencial, que implica señales como llamadas, exhibiciones y silbidos para transmitir información.

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