Alrededor de las ruinas y la densa selva tropical de una misteriosa «ciudad perdida» en Honduras, un equipo de investigadores ha descubierto un tesoro de biodiversidad, que incluye numerosas especies que se creían extintas y otras desconocidas para la ciencia.
Como detallan en su nuevo informe, una reciente expedición del Programa de Evaluación Rápida (RAP, por su sigla en inglés) de Conservation International y el Gobierno de Honduras se adentró en un rincón antes inexplorado del bosque que circunda Ciudad Blanca, en costa de Mosquitos (o Mosquitia), Honduras.
Su evaluación biológica documentó 246 especies de mariposas y polillas, 30 murciélagos, 57 anfibios y reptiles y numerosos peces, mamíferos e insectos. Al menos 22 de estas especies nunca antes habían sido registradas en Honduras.
Es emocionante que el equipo haya redescubierto tres especies que se suponía que estaban extintas localmente: el murciélago de rostro pálido (Phylloderma stenops), que no había sido reportado en Honduras por más de 75 años; la serpiente falsa coral (Hydrops triangularis), que no había sido reportada en Honduras desde 1965, y un tipo de escarabajo tigre (Odontochila nicaraguense) que, hasta ser hallado en el lado hondureño, se pensaba que era endémico de Nicaragua y por lo tanto se daba por extinto.
La selva tropical de costa de Mosquitos alberga muchas ruinas de antiguos asentamientos y los investigadores creen que algunas podrían ser la legendaria «Ciudad Perdida del Dios Mono» o la legendaria «Ciudad Blanca». Una vez se pensó que este asentamiento era un mito ideado por los conquistadores en el siglo XVI, sin embargo, los estudios arqueológicos de la última década afirman haber encontrado la misteriosa ciudad perdida. Otros investigadores siguen dudando de que el misterio realmente se haya resuelto, pero lo que no da lugar a dudas es la rica biodiversidad que se está descubriendo -y redescubriendo- en el área.
Por lo tanto el foco de interés en esta región no está solo en el debate arqueológico, pues sigue siendo una de las selvas tropicales más inalteradas de América Central. Los investigadores de Conservation International pasaron su expedición de 3 semanas tras la escolta de guardias armados, en parte por temor a depredadores salvajes, como jaguares y pumas, y en parte porque se sabe que el área es utilizada por narcotraficantes. Esta presencia también ha aumentado los temores de ganadería ilegal, madereros y cazadores furtivos en el área, lo que podría poner en riesgo su delicado ecosistema selvático.
En parte gracias a estos nuevos hallazgos científicos, el presidente Juan Orlando Hernández ha iniciado la Fundación Kaha Kamasa, para promover la investigación científica en curso y ayudar al gobierno a desarrollar estrategias para proteger esta región de valor incalculable.
“Hemos estado haciendo trabajo de campo en los territorios indígenas de la Mosquitia durante 14 años, y este sitio se destacó por ser simplemente magnífico. Sin embargo, lo que realmente lo hizo destacar fue un conjunto muy completo de grandes mamíferos nativos, algo que se está volviendo muy raro en estas regiones», dijo el Dr. John Polisar, Coordinador del Programa Jaguar de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre, en un comunicado.
“Debido a sus bosques y fauna actualmente intactos, el área tiene un valor de conservación excepcionalmente alto. Merece una protección enérgica y vigilante por lo que su belleza y vida silvestre persisten en el futuro», agregó el experto.
Fuente: IFLScience