Aunque la mayoría de los gatos, salvo alguna excepción, son enemigos acérrimos del agua, no impide que puedan refrescarse de otras formas. Si dispones de aire acondicionado, tu compañero te lo agradecerá.
Pero, ¿y si te digo que existe una forma en la que tu gato puede refrescarse, sin tener que mojarse, mientras juega? Con una bola de hielo es posible. Solo tienes que llenar un globo de agua e introducirlo en el congelador durante unas cuantas horas. Transcurrido el tiempo, saca la esfera helada y corta el globo con ayuda de unas tijeras. Colócalo en una fuente y llama a tu gato. Esto es lo que debería de pasar…