Su aspecto desmedido en la que presenta una mandíbula desproporcionadamente grande con dientes afilados como colmillos, le permite devorar presas de hasta la mitad de su tamaño
Los Científicos de la Universidad de California en San Diego (EE. UU.) realizaron un estudio que ayuda a explicar una de las cualidades más inquietantes de los peces abisales o peces demonio. Y es que, para la persona común, llama mucho la atención el hecho de la transparencia de sus dientes, un factor determinante en su sobrevivencia, ya que es una característica que le ayuda a camuflarse de sus presas y depredadores en su hábitat en las profundidades del océano.
Aunque la mayoría de las personas están acostumbrados el aspecto natural de los peces, es visto con cierta particularidad y muchas veces asombro o miedo, como estas, a veces llamadas “criaturas”, de extraño aspecto y del tamaño promedio de un lápiz, su aspecto desmedido con una mandíbula desproporcionadamente grande y dientes afilados como colmillos, que le permite devorar presas de hasta la mitad de su tamaño. Esta particularidad anatómica los coloca en la cúspide de la cadena alimenticia de su nicho.
No es fácil entender como estos seres vivos, han conseguido una adaptación única, que les permite desenvolverse de manera exitosa en estos espacios, muchas veces de gran hostilidad para peces de este tamaño. No obstante, los investigadores se dieron a la tarea de analizar, específicamente, la propiedad de los diente mediante la microscopía electrónica, publicando sus hallazgos en la revista Matter y reseña RT.
Este trabajo ha dado frutos que permiten explicar fehacientemente los aspectos resaltantes dentro del triunfo de la especie. Y es que los científicos pudieron determinar que los dientes del pez demonio tienen características exclusivas tanto en su capa exterior esmaltada como en su capa de dentina interna. La capa externa está compuesta de nanocristales estructurados de manera tal que evitan que la luz en el ambiente se refleje o se disperse, hecho que evita ser detectado por depredadores por este aspecto. Mientras tanto, la capa de dentina (estructura interna), carece de canales microscópicos que son los encargados de dar color a los dientes de los humanos y otras especies.
«Creemos que es una adaptación, parte de la competencia evolutiva entre depredadores y presas», dice Marc Meyers, profesor y autor principal del estudio.
«Claramente, todavía hay una amplia inspiración para recopilar del pez demonio y la naturaleza en general, y esta intersección entre la biología y la ingeniería a través de la biomimética es claramente un camino lucrativo para innovaciones sostenibles», asegura el biólogo marino Dimitri Deheyn. Estos elementos permitirán a los investigadores crear materiales únicos, como la cerámica transparente, que pueden producirse a partir de estos descubrimientos.
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