Se pensaba que había dos especies vivas de elefantes, pero hace poco de descubrió que en realidad son tres y que su árbol genealógico es más complejo de lo que jamás se pensó. El hallazgo es importante porque pone urgencia a los intentos por salvar al elefante africano del bosque. También representa el debut de una técnica genética que podría ayudarnos a comprender la herencia en diversas especies del reino animal.
Los elefantes son famosos por sus especies africana y asiática, con diferencias de tamaños y existencia de colmillos en las hembras. Sin embargo por un tiempo los biólogos han sospechado que África alberga dos especies, el elefante del bosque (Loxodonta cyclotis) y el de la sabana (Loxodonta africana). Es preocupante que no todas las agencias relevantes hayan reconocido la diferencia y las hayan tratado a menudo como subespecies. Los elefantes del bosque están mucho más amenazados que sus primos de la sabana y al reconocerlos como una especie diferente y en peligro de extinción, estos animales podría obtener la atención necesaria para ser salvados.
El año pasado, un documento reveló cuán genéticamente diferentes son las dos especies africanas. L. cyclotis está más relacionada con el extinto elefante de colmillos rectos (Palaeoloxodon antiquus) que con L. africana. Ahora, el equipo responsable de esos hallazgos se ha asociado con otros investigadores para comprender más profundamente el pasado de los paquidermos y descubrir que había un parentezco considerable con los mamuts mucho después de que las bestias divergieran.
En Proceedings of the National Academy of Sciences, los autores presentan una comparación de 14 secuencias genéticas: seis de especies vivas de elefantes y ocho de elefantes, mamuts y mastodontes extintos.
«El resultado más sorprendente fue el grado de mestizaje entre especies», dijo el profesor David Adelson de la Universidad de Adelaida, Australia, en una declaración. «Realmente no esperábamos que hubiera flujo de genes entre los mamuts, los mastodontes y los antepasados de los elefantes modernos, pero nuestros resultados mostraron un mero cruzamiento frecuente», agregó Adelson.
El trabajo indica que los elefantes del bosque y la sabana fueron genéticamente, y probablemente físicamente, separados por un período de unos 500.000 años. Adelson dijo a IFLScience que la separación probablemente reflejó las condiciones climáticas de la época, lo que puede haber llevado a barreras infranqueables entre sus hábitats.
Para cuando las especies volvieron a estar en contacto, ya eran lo suficientemente diferentes genéticamente para constituirse como especies diferentes. Sin embargo todavía eran capaces de cruzarse ocasionalmente como para producir un mayor flujo de genes entre ambas.
Adelson dijo a IFLScience que la escasez de buenas secuencias del cromosoma Y de las especies extintas, lo que sabemos sobre estos pasados eventos de apareamiento es limitado, así como si un sexo siempre proviene de una especie. Por otro lado, el resto de los genomas se mantuvieron lo suficientemente intactos como para que los autores pudieran iniciar una nueva técnica para confirmar los hallazgos.
El Ciudadano, vía IFLScience