La hermandad de los perros gordos

Echados en las esquinas, olfateando el paso del tiempo, durmiendo a pata suelta o caminando parsimoniosamente de un lugar a otro, se les puede ver

La hermandad de los perros gordos

Autor: Felipe Oviedo

Echados en las esquinas, olfateando el paso del tiempo, durmiendo a pata suelta o caminando parsimoniosamente de un lugar a otro, se les puede ver. Son los perros gordos, que pasean la caricatura de su naturaleza por la ciudad, ladran solo de vez en cuando, en ocasiones en que sacan ladridos de flaqueza frente a reales peligros, son más cautos, no mal gastan su energía, la gordura en su forma de vivir.
Los perros gordos generan altos grados de ternura, por lo cual generan una estrecha relación con las personas que los ven. Lo que los hace gozar de ciertos beneficios que los perros flacos no conocen.
Esa es la estrategia de los perros gordos, más parecida a la de los gatos, que se ganan el corazón de la gente gracias a su enorme pereza.

La hermandad de los perros gordos sigue creciendo, en silencio, sin meterse en ataos, dueños de su cuadra, acá hay algunos retratos:

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