El director general de la empresa Hvals HF dijo que en esta primavera y verano no participarán en la búsqueda porque “está siendo difícil comercializar la carne en Japón”
Islandia es un país elogiado por sus políticas sociales, por tener una de las tasas de criminalidad más bajas del mundo y por haber encarcelado a los banqueros que causaron la crisis económica global de 2008. Pero tienen un problema: son de los pocos países junto con Japón, Noruega, Islas Faroe y Japón en tener una industria ballenera.
La caza de ballenas se practica durante el verano en Islandia desde 2003, cuando re-comenzó la cacería “con fines científicos” después de una pausa de varios años. Desde entonces, y de forma ininterrumpida, las compañías balleneras -que están en manos de un par de familias adineradas islandesas- han asesinado a decenas de miles de ejemplares de ballenas minke y azul, entre otras, lo cual despierta año con año las críticas de la comunidad internacional y activa campañas de organizaciones como Sea Shepherd y Greenpeace.
Según el portal ruv.is, Kristján Loftsson, director general de la empresa Hvals HF, esta primavera y verano no participarán de la caza porque “está siendo difícil comercializar la carne en Japón”, el mercado más grande de consumo de este animal en el mundo.
La situación no es favorable
Gunnar Bergmann Jonsson, un cazador de ballenas minke y director administrativo de la empresa IP, también especializada en balleneo, esta temporada se centrarán en cazar erizos de mar y diversos tipos de peces.
“No nos conviene cazar ahora porque la situación no es favorable, por eso tomamos la decisión de no hacerlo este año”, aseguró. Además de Japón, su empresa también exporta a Noruega.
Sin embargo, esperan poder reanudar la caza en la primavera de 2020.
Tampoco se llevará a cabo la caza de ballenas “con fines científicos”, según el Instituto de Investigación Marina de Islandia. Esta ha sido la excusa de los países involucrados en esta práctica, aunque nunca ha estado del todo claro qué clase de investigaciones se realizan y por qué cada año tienen que matar miles de ejemplares.
Las ballenas son cazadas usando arpones explosivos que son disparados desde los barcos y, al impactar contra el animal, su cabezal estalla. El animal sufre una cruel agonía durante horas y es arrastrada a veces viva hasta el navío, en donde se le quita la piel, la grasa y se descuartiza toda para su comercialización.
Con información de Noticias +Verde
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