Poca cosa de Felipe Izquierdo /
Si se quiere reír mejor vaya a otra parte
por Arturo LedeZma
A Felipe izquierdo yo lo conozco desde siempre. De esos tiempos es que hacían Fresco y natural después del postre y lo he defendido a mango. Me gustaba en Chile Today, en los Corazones Service y creo que ha sido uno de los primeros actores humorísticos en travestirse con elocuencia, humor y dignidad en favor de las mujeres haciendo a la maravillosa Elvira. Sin embargo en el unipersonal Poca Cosa la verdad es que me desilusionó a pesar de mi reconocida aceptación hacia sus personajes. Fui al estreno y nada funcionó como debía.
Para resumir en un par de líneas puedo decir que el monólogo tiene de todo un poco pero que ese poco de repente se convierte en mucho y la obra termina por ensuciarse sobre sí misma. Hay una presentación inicial que podríamos definir como un «segmento de standup», luego viene la obra en donde abunda el audiovisual (con una presentación muy cinematográfica), el cómic, la animación digital, los recursos propios del teatro y donde también abundan los elementos de sonido (voces) que estorban al mismo Izquierdo en su representación porque lo apuran, lo adelantan, lo hacen tropezarse con sus propios recursos.
La obra se satura y se nota que Izquierdo lo hizo todo y no debería hacerlo todo: escribir los guiones y actuar y dirigir y grabar las voces de apoyo y seguramente también hizo algo más. A veces el Circo de Chamorro hay que dejárselo a Chamorro.
Dicho de frente la obra es fome. No tiene gracia, o al menos la que se espera de un tipo experimentado en el humor. La construcción del guión es debilucha y está compuesta por escenas que al final no tienen una hilación que se comprenda. Además de que se pretende trabajar con un personaje pero uno jamás puede dejar de ver a Felipe Izquierdo. Las señoras al salir comentaban «no entendí mucho, pero estaba entretenida», más como una satisfacción amable que como un juicio estético (por decirle de alguna manera).
Tiene momentos, es cierto, pero uno no va al teatro a buscar momentos, menos aún en una obra demasiado breve y muy simple, donde no hay una gran propuesta discursiva y en la que la improvisación (que podría ser un elemento a favor) termina siendo una pésima elección dentro de una obra que está montada con elementos fijos, como el sonido y las voces que se meten entre medio haciendo descuadrar todo.
No me cabe duda que los errores que yo vi en el estreno se van a enmendar con las funciones posteriores, pero aún cuando de ahora en adelante todo cuajara como reloj creo que en realidad si lo que uno busca es reír pues mejor es ir a otra parte o poner chistes en youtube. Ahora que si alguien tiene como expectativa el contar que estuvo cerca de Felipe Izquierdo entonces vaya y saque su ticket.
Pienso que es cierto que la gente se ríe de cualquier cosa, pero eso no es motivo para entregar un espectáculo deficiente. Al menos yo no confío en una obra que hace un estreno tan errático y que finaliza con el actor (a mi juicio incómodo y molesto) diciendo «Espero que les haya gustado y vengan en tres meses más cuando esta wea resulte»
Vía: Fisura.cl