El fotógrafo Jocelyn Bain Hogg ha pasado diez años documentando la vida del crimen organizado, desde la actividad de los gángsters británicos en el sur de Londres a su exilio dorado en Tenerife, Islas Canarias.
Con un acceso sin precedentes, estas deslumbrantes imágenes captan a los legendarios villanos en su hogar, en escandalosas fiestas privadas, combates ilegales de boxeo, charlas de negocios y funerales de «los padrinos de la vieja escuela del crimen británico» cuyas muertes fracturan y descentralizan el orden social dentro de estas sociedades del hampa.
«Estos no son los rostros de delincuentes que se esconden tras una fachada de respetabilidad o de la corrupción de la influencia política. Ellos son, de hecho lo real, hombres que mantienen su cabeza alta cuando son desafiados, y que no buscan una falsa redención ante la denigración pública». Estas son las fotos de «la familia»