Con la promesa de que “Maestra” llegará en próximos meses a la pantalla grande, esa novela que L. S. Hilton publicó en 2016 con la apuesta de ser un “50 sombras de Grey” para la gente que además de porno literario espera una buena historia, los viejos filmes del BDSM adquieren un nuevo sentido de perspectiva. ¿Acaso esta cinta podrá recuperar lo alguna vez plasmado en “Belle de Jeur” (1967, Luis Buñuel)? Ese filme que exponía los límites del deseo en el frágil cuerpo de una decente chica francesa que gusta de prostituirse gracias a sus impulsos adrenalínicos. No lo sabemos con certeza, pero lo que sí es seguro es que cautivará a un público de grandes urgencias eróticas con mayor facilidad y consistencia que lo logrado por el Sr. Christian Grey.
Con motivo de estas suposiciones y tratando de encontrar los parámetros con los que tendrá que medirse “Maestra”, nos dimos a la tarea de rastrear esas producciones cinematográficas que establecen los estándares de la escena sexual, el retrato de las pulsiones eróticas y el salvajismo alcanzable de los juegos de dominación amatoria.
“La pianista” (2001), Michael Haneke
Podemos pensar, entonces, en esta obra maestra de transgresión sexual y afectiva en la Francia de principios de siglo XXI, donde una mujer, profesora de piano en un Conservatorio, frecuenta cines porno y tiendas de sexo para escapar de la influencia de su dominante madre, a la vez que se desarrolla un torbellino de emociones, mandatos y traumas cuando uno de sus alumnos se propone seducirla.
“Las amargas lágrimas de Petra von Kant” (1974), Rainer Werner Fassbinder
En este filme, la fabulosa Margit Carstensen interpreta a Petra von Kant, una diseñadora de moda que acaba de separarse de su marido y vive con su secretaria-esclava Marlene. Cuando su amiga y confidente, Sidonie, le presenta a Karin, una joven de origen humilde, se enamora locamente de ella y le promete que va a convertirla en una famosa modelo y el caos de dominaciones afectivas comienza.
“El amor es el demonio” (1998), John Maybury
Retomando la vida amorosa de Francis Bacon, ese pintor que trajo al mundo del arte la carne cruda y el terror interno, se crea este filme de tintes oscuros y diabólicos en el que la dureza de una relación se hace patente. Las texturas ásperas y terribles de un sometimiento tanto psicológico como físico hacen que Derek Jacobi y Daniel Craig se luzcan en escena a cada instante de la película.
“El portero de noche” (1974), Liliana Cavani
El encuentro entre dos mentes torturadas siempre es más interesante que en otras. Así sucede en este filme, donde Max y Lucia, quienes se conocieron en un campo de concentración y consiguen un vínculo basado plenamente en los papeles de autoridad-subordinación; él era un oficial de la SS, ella una prisionera. Tras su reencuentro y supervivencia, ambos guardan sentimientos ambivalentes y de gran tensión (represión) sexual, política y emocional.
“Venus in Furs” (1995), Nieuwenhujs & Seyferth
A partir de una narración en extremo personal, Severin von Kusiemski cuenta la historia de su relación con Wanda von Dunajew al narrador de la historia después de que éste, a su vez, le contara su conversación en sueños con una Venus cubierta de pieles, posiblemente inspirada por el cuadro colgado en el despacho de Severin, que retrata a ésta y a su sirviente. El color del relato cobra notoriedad cuando Severin da cuenta de cómo se había enamorado de dicha mujer, a la que extorsionaba para conseguir que le tratara como su esclavo.
“Anticristo” (2009), Lars von Trier
Centrándose en las actividades de un psicólogo que quiere ayudar a su mujer para superar la muerte de su hijo –en un accidente mientras ellos tienen sexo–, decide llevarla a una cabaña perdida en medio de un bosque, donde ella había pasado el último verano con el niño. Sin embargo, la terapia no funciona y tanto ella como la naturaleza empiezan a comportarse de un modo extraño en escenarios de culpa, sometimiento y arrebatos eróticos.
“Maîtresse” (1975), Barbet Schroeder
Tomando a Olivier, un ladrón novato que entra a robar en un piso de París creyendo que está vacío, se toma ventaja de su comportamiento cuando es sorprendido por la propietaria, Ariane, que resulta ser una prostituta especializada en sadomasoquismo, para desarrollar el filme. Una auténtica dominatrix resalta inmediatamente esa atracción entre ambos y comienzan una relación marcada por los celos de Olivier, quien pretende que Ariane cambie de vida.
“Crash” (1996), David Cronenberg
Todo comienza una noche cuando James Ballard estrella su coche contra el de Helen y ambos son ingresados en un hospital. Lo sorprendente es que, inmediatamente después del choque, los dos experimentaron una extraña atracción mutua; a partir de entonces la vida de James se precipitará hacia un mundo oscuro y prohibido, dominado por el peligro, el sexo duro y la muerte acechante.
Vía cltracltva