«Un viajero virreinal. Acuarelas inéditas del Río de la Plata»

«Un viajero virreinal. Acuarelas inéditas del Río de la Plata» es un conjunto de más de medio centenar de obras realizadas entre los años 1784 y 1806. Justo cuando Buenos Aires crece y se transforma en un activo centro mercantil, varios aspectos de la vida en este retazo del Nuevo Mundo aparecen documentados en las imágenes de la colección, disponible hasta el 3 de enero, en el MNBA.

«Un viajero virreinal. Acuarelas inéditas del Río de la Plata»

Autor: Lucio V. Pinedo

En 1943, Alejo González Garaño escribió sobre la iconografía argentina anterior a 1820 «es una de las más escasas de la América meridional». Las acuarelas inéditas que ahora presenta el MNBA modifican ese juicio. Estas imágenes, bien conservadas, ofrecen un aporte notable para el estudio del origen del gaucho, de la sociedad de castas virreinal, las milicias, el trabajo de las clases plebeyas, los afroamericanos y las etnias indígenas, entre otros asuntos.

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Las imágenes de la colección incluyen el reconocimiento de tipos y costumbres de un territorio que había sido sujeto recientemente a una nueva organización administrativa en 1776: el Virreinato del Río de la Plata. Esto estimuló la constante necesidad de información tanto por la burocracia española como por la expansión mercantil. Probablemente, estas acuarelas hayan formado el proyecto de álbum de un viajero español ilustrado, que recorre desde Buenos Aires al Alto Perú, incluso el Paraguay. El conjunto tiene la potencia de un informe visual: participa del acopio de información, transmisión de conocimiento y práctica de dominio sobre los territorios.

Los retratos ecuestres de los líderes de las rebeliones indígenas, derrotadas en 1781, y la mención en uno de los textos al virrey Juan José de Vértiz (1778-1784) indican un límite temporal para la realización. Es probable que hayan sido pintados antes de 1806, ya que no figuran los regimientos formados durante las Invasiones Inglesas.

Aunque atrapen la mirada, no hay que olvidar que responden a la convención de representación del costumbrismo, que, en su tiempo, circuló en acuarelas y grabados, antes de la explosión comercial del costumbrismo por la litografía. Estas acuarelas permiten pensar un proceso en el cual las representaciones de lo local, resultado de la observación letrada y de los modos de visualidad europeos, fueron asociadas luego con las nuevas naciones.

Las menciones a Buenos Aires, Paraguay, Perú y Cochabamba implican grandes regiones más que una locación. Así es no resulta posible descartar la intervención de más de un ilustrador: podemos percibir cambios en la factura de los animales, sutiles variaciones en el manejo del sombreado, tal vez un taller que sigue pautas comunes de trabajo sobre modelos previos.

Es interesante remarcar el uso de términos diversos para nominar los sectores rurales como camiluchos, peones y gauchos; cuestión que nos ubica en un tiempo de tránsito entre la colonia y la era republicana. En breves, altamente recomendable.

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