Corría el año 1912, cuando el renombrado fotógrafo estadounidense John Ernest Joseph Bellocq se aventuró en Storyville, el legalizado barrio rojo de Nueva Orleans. Fue por trabajo, no por placer (eso dice la versión oficial), para fotografíar a las prostitutas locales y a las lujuriosas damas que se encontraban allí. Él, en realidad, nunca llegó a publicar las imágenes, que fueron descubiertas mucho después de su muerte escondidas en un álbum polvoriento en su estudio privado. Fue Lee Friedlander quien hizo el hallazgo, las imprimió y publicó, bajo el título EJ Bellocq Storyville Portraits.
Durante su tiempo las fotografías de Bellocq se habrían considerado muy subidas de tono y provocativas. Unos 103 años más tarde, son un oportuno recordatorio de lo mucho que han cambiado nuestros valores y la moral. Hoy en día, ser provocativa se fomenta activamente, los deslices sexuales se celebran y la prostitución es tolerada en muchas grandes ciudades, las prostitutas no son confinadas y escondidas en las calles oscuras de las afueras de Nueva Orleans.