“Hoy Suecia se vuelve hacia la lejana América para honrarla en uno de los muchos trabajadores de su cultura”.
Con estas palabras Gabriela Mistral agradeció el Premio Nobel de Literatura entregado por la Academia Sueca a las letras latinoamericanas un 10 de diciembre de 1945.
El reconocimiento llegó luego de publicar algunos de sus libros más destacados como Desolación (1922), Ternura (1924) y Tala (1938).
La escritora oriunda del Valle de Elqui, anteriormente, en 1914 fue destacada con la máxima distinción en los Juegos Florales, por Sonetos de la Muerte. Y seis años después del Nobel, en Chile le entregaron el Premio Nacional de Literatura.
Con el objetivo de visibilizar su legado, vasta producción literaria, además de su rol como profesora de escuela rural, como pensadora e intelectual pública, su aporte en el sistema educativo de México, e incluso en sus dimensiones más personales, la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones y el Archivo Central Andrés Bello de la U. de Chile, en colaboración con el Museo de Arte Colonial de San Francisco, realizarán “La ruta de Gabriela”, una serie de recorridos mediados, el sábado 16 de diciembre (2023) a partir de las 10:00 horas.
En esta ruta, el público podrá encontrarse con varios hitos de la ciudad que son clave para entender las diversas facetas que tuvo la poeta, como la historia de la antigua iglesia y convento San Diego, la icónica pérgola de las flores, la Sala Gabriela Mistral del Museo San Francisco, inaugurada en 1984, además de la Sala Museo Gabriela Mistral, que conserva documentos de la autora y el Salón de Honor de la Universidad de Chile, donde fue velada.
Vínculos con la vida y obra de Mistral
Para revisitar su obra y conmemorar su figura, la Sala Museo Gabriela Mistral de U. de Chile lleva su nombre como un homenaje a la primera poeta latinoamericana en recibir el Premio Nobel.
Asimismo, rememora tres hitos de su relación con la Universidad de Chile: 1923, reconocimiento de su calidad de profesora; 1954, creación del grado Doctor Honoris Causa para ella -siendo la primera en recibirlo-; y 1957, velatorio de sus restos en el Salón de Honor del Palacio Universitario, lo que la posiciona como la única persona en acceder a este homenaje que se transformó en un momento clave, pues permitió el ingreso de ciudadanas y ciudadanos para su despedida, y que al día de hoy se recuerda con una placa en uno de sus accesos.
En el contexto de los 78 años desde la entrega del Premio Nobel, el aporte de Gabriela Mistral trasciende generaciones.
“A lo largo de su destacada carrera, su influencia resultó determinante para orientar su vocación hacia la enseñanza, promoviendo un pensamiento pedagógico centrado en el desarrollo y la protección de los niños”, planteó Daniela Salinas Frigerio, Coordinadora de Extensión Cultural de la Vicerrectoría de Comunicaciones.
“Esta iniciativa permite explorar la vida de Gabriela Mistral, destacando tanto la colaboración de la Universidad de Chile con el Archivo Central Andrés Bello y el Salón de Honor como parte integral de la experiencia. Por otro lado, desde el Museo San Francisco y su Sala, se presenta otra faceta de la poeta: aquella distinguida con el Premio Nobel y la que mantuvo una relación cercana con los Franciscanos”, añadió Salinas.
“Nuestra intención va más allá de simplemente mostrar a Gabriela como poeta; aspiramos a presentarla en sus diversas dimensiones”, enfatizó.
En la misma línea, la encargada de la Unidad de Educación del Archivo Central Andrés Bello, Nathaly Calderón, destacó que “la figura de Gabriela Mistral como intelectual pública sigue vigente por su pensamiento crítico y social, con ideas que son muy actuales respecto a los problemas que tenemos hoy en el presente. Su producción literaria y pensamiento pedagógico sigue también muy vigente, siendo reconocida a través de las generaciones”.
A nivel descriptivo, las obras y elementos que podrán ver quienes participen del recorrido, están contenidas en el archivo de la Sala Museo Gabriela Mistral, que “se funda en su pensamiento crítico y donde además se encuentra instalada una vitrina dedicada a la poeta”.
Las personas que participen podrán encontrar piezas como los manuscritos de los Sonetos de la Muerte, documento de gran relevancia pues con esta obra ella ganó Juegos Florales y comenzó a ser reconocida como poeta.
También verán piezas como la revista Zig Zag donde hay un reportaje de su partida a México; Acción Femenina donde aparece su pensamiento político; la maqueta de Poema de las Madres elaborado en colaboración con el artista André Racz; además de imágenes de su vida cotidiana.
Durante el recorrido además se podrá visitar el Salón de Honor de la Casa Central de la Universidad de Chile, espacio donde fue velada durante tres días en 1957.
Su faceta ligada a la espiritualidad
Desde el 16 de noviembre de 1983, el Museo de Arte Colonial de San Francisco destina un lugar especial al legado de la poeta Gabriela Mistral, quien en su testamento donó al pueblo de Chile la medalla y el pergamino del Premio Nobel bajo la custodia de la orden franciscana.
Así, la Sala Gabriela Mistral, además de albergar las réplicas del premio, también reúne numerosos objetos personales de la poeta, seguidora de San Francisco de Asís a través de la Orden Franciscana Seglar.
Nicole Valenzuela Reveco, Coordinadora de Educación e Inclusión del Museo San Francisco, entregó más detalles de la relación de la escritora con la institución.
“Durante el último periodo de su vida fue parte de la Orden Franciscana Seglar u Orden Tercera de San Francisco, ella sentía una profunda admiración hacia la imagen de San Francisco de Asís, ese amor y admiración quedan de manifiesto en los más de 40 escritos en prosa poética recopilados de manera póstuma en su libro ‘Motivos de San Francisco’ donde cuenta episodios de la vida del santo italiano. Su obra poética refleja una profunda espiritualidad y una conexión con temas universales, incluyendo reflexiones sobre la naturaleza, la vida, la muerte y la búsqueda de significado”, comentó Valenzuela.
La relevancia del legado de Mistral, para la Coordinadora de Educación del Museo, radica en que además de su rol como poeta, fue una ferviente defensora de los derechos humanos y la justicia social.
“En sus escritos se ve reflejado una profunda preocupación por los más pobres y oprimidos, contribuyendo a la conciencia social y a la lucha por la equidad. La cláusula n°3 de su testamento da cuenta de su preocupación por los niños más pobres de su querido pueblo, Montegrande. Esta dedicación y compromiso la convierten en un modelo a seguir», afirmó.
Finalmente, la coordinadora del Museo San Francisco destacó los elementos que se podrán conocer durante el recorrido, además de los hitos de la ciudad y la Universidad de Chile.
“Se podrá visitar la Sala Gabriela Mistral, donde se exponen diversos objetos personales como sus biblias, el prendedor que utilizó cuando le entregaron el Premio Nobel, el rosario con el cual fue velada, una carta con su letra y varios diplomas que adornan las paredes, además de una réplica del premio junto a su pergamino”, detalló Valenzuela.
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