El actor César Caillet vive su mejor momento profesional.
En relación a la prohibición de la marihuana en Chile, el actor considera que se debe avanzar no solo en su legalización, sino que ampliarlo. “Yo en general soy de aprobar todas las drogas. Pero tampoco quiero que se malentienda. Si hay un weón vendiendo pitos a menores se debe ir preso. Yo estoy hablando de consumos de personas adultas. El alcohol, el café, el azúcar también son drogas. Pero el papá Estado se ha puesto de acuerdo en que esas drogas sí se pueden consumir legalmente. Todos tenemos un tío Lucho que se toma unos copetes y que para algún matrimonio se pone chistoso. Eso a nadie le sorprende, nadie lo cuestiona. Sin embargo, si alguien en esa misma fiesta se fuma un pito, a esa persona se le cuestiona. Es más. Nunca he visto en los noticieros que alguien que consume marihuana mata de cinco hachazos en la cabeza a su mujer. En cambio, con el consumo de alcohol si sucede eso”.
Caillet además señaló que su primer encuentro con la marihuana ocurrió después de su tercera teleserie consecutiva, a los 30 años. “Pasó un tiempo bien largo antes de que me llamaran para participar en mi cuarta teleserie. Y en ese rato me di cuenta de que no tenía nada que hacer y hace años que no experimentaba esa sensación. Los primeros días fue rico, pero después no era tan entretenido. Así que me puse a fumar pitos con mis amigos, sin ningún prejuicio. Hice clic altiro con los caños. Del primer al último caño, el de ahora. Para mí la marihuana tiene multipropósito, si me quiero inspirar, relajar. Si quiero comer algo dulce, bajonear, si quiero ver una película como El Viaje de Chihiro. Para después del deporte. Por eso me parece tan absurdo que esté prohibida”.
Asimismo, cuestionó directamente el rol del Estado en la salud de la población. “No creo que el Estado de Chile realmente esté preocupado de mi salud. Porque si lo estuviera, la gente no tendría la jubilación que tiene. No habría asociados costos a la salud. Tampoco veo campañas donde nos adviertan la forma en que nos alimentamos. Porque como vamos, ni teniendo el sistema de salud suizo nos salvamos. Además, el tema de la salud está en manos del empresariado como la mayoría de las cosas importantes de este país. Entonces si al Estado no le importa mi salud, ¿por qué le preocupa que consuma marihuana? Si yo pago por mi salud, por mi educación, pago por transitar por las carreteras. Si este país está convertido en un mall, yo en esas condiciones debería tener derecho a usar marihuana. Debería poder tener una planta en mi casa”, añadió a la revista.
Agregó además que “yo no conozco ningún consumidor de cocaína que diga que no está jalando porque no tiene una mano. Todas las personas que consumen drogas ilegales lo siguen haciendo. Aunque sean ilegales, la gente lo hace igual. Te doy otro ejemplo, no soy un gran consumidor de alcohol y en la esquina de mi casa podría todos los días comprar una de pisco pero no lo hago, porque no me interesa tomar piscola. Pero según la lógica que impera con respecto a las drogas, es que se accederá a ellas solo porque están disponibles. Eso es absurdo y es un argumento muy malo que nos tratan de meter».
En Temuco, César desarrolló gran parte de su vida, en donde estudió la carrera de Derecho. Esos años en el sur, le hace tener una posición bien clara con respecto al conflicto mapuche y los choques culturales que existen y que han impedido darle una solución a este tema.
“El tema mapuche se ha concentrado mucho en la idea de orden público y si hay que aplicar o no la ley antiterrorista. El eje lo han intentado centrar en eso y nadie dice que esa zona es ancestralmente de los mapuches y que a ellos no les interesa que les den una tierra en otra parte. Por eso tenemos que ser empáticos y entender que a ellos no les da lo mismo que los cambies de sector porque tienen una relación con ese espacio geográfico en particular. En ese espacio es donde están sus ancestros. Pero ese espacio hoy día está convertido en un negocio tremendo por las grandes madereras y que más encima es subvencionado por el Estado de Chile, y se plantan eucaliptus donde no se va a cultivar nada más porque entiendo que el eucaliptus produce una acidificación del terreno tremenda. Ese es el negocio que debería parar y decir, bueno haremos una restitución histórica”, concluyó.
Por Carlos Martínez
Fotos: Ronny Belmar