Llegaron en el verano de 1981 y todo Chile los pudo ver en febrero de ese mismo año por la televisión, en la llamada competencia folclórica del Festival de Viña. Cinco jóvenes de pelos largos y ropas blancas y sueltas como no era usual ver en la época, con charangos y mandolinas en las manos y unos al lado de otros sobre el escenario. Es la primera imagen a gran escala que hay de Agua, un grupo que como pocos en Chile expandió sus fronteras musicales y geográficas hasta llegar a Brasil y a tocar con un titán como Milton Nascimento. Todo eso ya era historia cumplida para ese regreso de 1981.
Agua se había formado en Santiago justo en 1973, y como muchos jóvenes de su generación –Agua, Llaima, Viento del Sur, más adelante Fusión Latina y Sol y Medianoche– respondieron con el viaje a la hostilidad ambiente en el Chile posterior al golpe militar. Fue un viaje sonoro y también literal. Como Los Jaivas, tomaron los instrumentos latinoamericanos para hacer su música. Pero además se arrojaron al camino a conocer de verdad esos paisajes, y Bolivia, Perú, Paraguay, Colombia y finalmente Brasil fueron sus destinos entre 1975 y 1976, antes de afincarse en ese último país.
Allí no sólo grabaron su primer disco, «Transparencia» (1978), sino cultivaron además la amistad de Milton Nascimento, siempre abierto a los sonidos de Sudamérica, de modo que Agua se escucha como invitado en el más popular disco del cantante mineiro, «Geraes» (1976), considerable proeza de su historia. «En realidad la proeza partió antes, al irse de Chile solos. A nosotros no nos ayudó nadie, no tuvimos el auspicio de organizaciones de ningún tipo», recuerda Nelson Araya (voz y guitarra), integrante de la formación histórica del grupo junto a Leopoldo «Polo» Cabrera (voz y guitarra), Nano Stuven (flauta), Óscar «Ratón» Pérez (voz y guitarra) y, más adelante, Pedro Jara (percusión), Roberto Lacourt (saxo y flauta) y Marco Luco (bajo).
Para su regreso a Chile a fines de 1980 Agua trae un nuevo repertorio que va a incluir «Amanecida», esa canción presentada en el Festival de Viña de 1981, y que dará forma a su segundo disco, esta vez publicado en su país natal: «Amaneceres» (1981). Con esa grabación queda redondeado un sonido hecho de instrumentos acústicos latinoamericanos como quena, zampoña, tiple, mandolina, charango, guitarra, bandurria peruana y viola caipira brasileña, y en canciones como «El colibrí», «Transparencia», «Sambeado» y la popular «La luna llena», original de Nelson Araya y popularizada en 1982 en la versión de Miguel Piñera y Fusión Latina. La primera vida de Agua duró hasta 1981, pero hubo una nueva alineación en 1999 y, diez años más tarde, parte de este mismo repertorio vive en Transilvestre, el nuevo grupo formado por Nelson Araya junto a integrantes de otro grupo hermano, Viento del Sur. Tan próximo que el viernes 3 de julio a las 21 horas tocaron en la Sala El Rosario de la Corporación Cultural de Las Condes como parte del Festival Músicas del Mundo / Fuegos de invierno.
David Ponce
Onda Corta
El Ciudadano