Todavía no paraba de llover. Pero ya se hacía sentir la disminución de la temperatura. En la puerta de la sede de la Central Unitaria de Trabajadores cuatro policías uniformados -tres hombres y una mujer- pedían hablar con los organizadores, señalando que habían sido llamados para hacerse presentes allí, a la vez que inquirían sobre la actividad que se realizaría en el local sindical. Preguntaban también se era correcto que se presentaba una banda que tenía por nombre AK-47, situación que los complicaba por ser el nombre de un armamento. Todo eso era correcto, todo menos su presencia allí, ya que nadie los había llamado y sus propias preguntas los delataban. Esa era su primera presencia de la jornada. La segunda en los videos que se emitieron relativos al desalojo de la gente de Andha Chile del lecho del río Mapocho, donde bajo la lluvia se llevaban a los deudores habitacionales en medio de lacrimógenas y carros lanzaguas.
Pero todo eso es lo que estos hijos del pueblo pobre están acostumbrados a enfrentar, porque AK-47 en su regreso a los escenarios no ha dejado de ser parte del mismo mundo, de la mismas poblaciones conocidas como Villa Francia o San Luis, y tampoco deja de llamar a las cosas por su nombre, con esos conceptos que el hip hop local ha venido construyendo hace tiempo, y que año tras año los hace seguir renovando las formas de decir que no quieren más violencia contra su gente en las poblaciones, que los talleres deben seguir haciéndolos mejores, que la droga es un estigma que sólo les sirve al poder para arrinconarlos y discriminarlos, y que la represión -en todas sus formas- los sigue acongojando, los sigue a todas partes. Pero AK-47 quería celebrar, quería sentirse cómodos en su regreso, en su idea de registrar en vivo los temas de su nuevo trabajo “Hijos del Pueblo Pobre”, y para ello permitió que su jornada fuera compartida, por aquellos que los conocen, por aquellos que han enfrentado las mismas cosas, como es el cantor popular Negro Alberto o su compañero en el histórico movimiento Hiphoplogía, Subverso. Son ellos los que abren los fuegos entregando algo de su repertorio, para dar paso luego a Cincomercio, Skapo y Ricky, más Dj Veneno, AK-47 en pleno que desplegó su rap político, sin transas, sin temores y cargado de frases que aluden a la historia de estos últimos treinta años, que se expresa en “Para que nunca más” , el samplex del tema de Sol y Lluvia, o en el clásico “Vivencias en pasta”, o “Es.TV.icio”, temas todos que simbolizan y reflejan su rebeldía, su ideas y conceptos para entender lo que quieren distintos y que disparan en palabras, en ráfagas métricas y no estéticas, que salen en cada tema de los AK-47, como fue esa noche de puros hijos del pueblo pobre y donde la figura del pueblo mapuche se hizo presente. Al partir otro radiopatrulla pasaba lentamente por la Alameda, y es que como me había dicho Andi de Salvaje Decibel, un rato antes: “en todos lados está difícil la cosa”.
¿Cuándo y dónde fue?
Sábado 15 de agosto
21 horas
Sede CUT
Alameda
Texto: Jordi Berenguer
Foto: Evelyn Cazenave
Onda Corta
El Ciudadano