Cuando falleció, en 1827, el músico alemán Ludwig van Beethoven había escrito unas pocas notas, unos diagramas y algunos bocetos de lo que iba a ser su décima sinfonía.
La obra la comenzó a trabajar en paralelo a la famosa Novena y al Himno de la Alegría, hoy himno de la Unión Europea, pero el compositor la abandonó al morir, a los 57 años.
Este 16 de diciembre cuando se inicia la programación por los dos siglos y medio del natalicio del músico prodigio, un equipo de musicólogos e informáticos quieren completarla, con ayuda de la inteligencia artificial, informó la agencia de noticias Deutsche Welle.
El resultado final se presentará el 28 de abril de 2020 en Bonn, Alemania, y debería ser uno de los aspectos más destacados de las festividades por el 250 aniversario del nacimiento del compositor, que se iniciaron este 13 de diciembre.
Para los alemanes 2020 será un año de exhibiciones y actos de conmemoración en honor al visionario compositor. El epicentro será la ciudad natal del músico, Bonn (en el oeste de Alemania) y estará marcado por un concierto inaugural de la Orquesta Beethoven de Bonn y por la inauguración de varias muestras en torno su figura, informó la agencia EFE.
Desde diciembre de 2019 hasta abril de 2020 estará abierta al público la exhibición central titulada «Beethoven – Mundo. Ciudadano. Música», que realiza un recorrido por la trayectoria vital del genio, vinculándola con algunas de sus obras claves.
Así, los visitantes de la «Bundeskunsthalle» podrán observar manuscritos, partituras y retratos del compositor -algunos de ellos, exhibidos por vez primera- o instrumentos originales, así como grabaciones que les permitirán sumergirse en «mundos sonoros» de la época.
Todo ello busca recrear la forma en la que Beethoven trabajaba y el contexto personal, cultural e histórico en el que el pionero del romanticismo desarrolló su obra.
Otra exposición, centrada en el célebre retrato de Beethoven por parte del pintor Joseph Stieler, podrá visitarse en la casa natal del compositor, que acoge también una muestra permanente sobre su vida en Bonn.
La semana inaugural se verá acompañada por instalaciones artísticas luminosas, diseminadas por los lugares más emblemáticos de la ciudad a orillas del Rin.
En vísperas del arranque oficial del Año Beethoven, este fin de semana los amantes del compositor ya se han dado cita a lo largo y ancho de Alemania en más de 500 conciertos acogidos por particulares, en casas privadas, bares, centros de yoga e incluso granjas.
Con esta iniciativa se pretende recrear en clave moderna el ambiente de época, cuando la música de carácter no popular se interpretaba y escuchaba mayoritariamente en privado en salones de casas particulares.
El concepto contrario dominará sin embargo otros conciertos en honor de Beethoven que se esperan multitudinarios, como el de la estrella del pop Robbie Williams, o el del grupo de culto Kraftwerk para el que ya se han agotado las entradas, que tendrán lugar en Bonn en mayo.
Otro hito será la actuación del pianista chino Lang Lang, que en septiembre fusionará música clásica y electrónica en Berlín, acompañado por el DJ Steve Aoki.
En total, está previsto que en el marco del aniversario se desarrollen por todo el país más de 300 proyectos, subdivididos en miles de eventos, para cuya financiación las autoridades federales y regionales han aportado más de 38,5 millones de euros.
«La diversidad del programa refleja el objetivo del aniversario: hacer que se pueda experimentar a Beethoven en todas sus facetas y dar acceso al mayor número posible de personas,» explicaba en un comunicado Malte Boecker, director artístico de la organización coordinadora de los actos.
El compositor más interpretado
Del compositor, considerado comúnmente como el autor clásico al que más se ha interpretado, se sabe que fue bautizado el 17 de diciembre de 1770 en la iglesia de San Remigio de Bonn -por lo que se presume, sin que haya certeza de ello, que había nacido el día anterior.
La ciudad, parte entonces del Sacro Imperio Romano Germánico, dependía del Arzobispado de Colonia; el abuelo de Beethoven había emigrado allí, procedente de la actual Bélgica, para trabajar como director de la orquesta del príncipe elector.
La temprana trayectoria del genio musical -presionado por su padre, que quería hacer de él un niño prodigio al estilo de Mozart y responsable, al parecer, de una infancia no demasiado feliz- se inició en la ciudad a orillas del Rin.
A la edad de siete años actuó por primera vez en público y a los once compuso su primera obra; durante varios años trabajó como intérprete de viola en la orquesta de la corte y como profesor de piano para mantener a sus hermanos menores.
En 1792, Beethoven logró trasladarse a Viena, la capital cultural de la época, donde floreció como compositor a pesar de los embates de su temprana sordera, y hasta su enfermedad y muerte en 1827, ya nunca regresó a la ciudad que ahora le rinde homenaje.