La menstruación está estigmatizada, muchas veces se habla sobre la regla como algo asqueroso o sucio, como si la sangre que sale por la vagina fuera algo impuro. La regla se ve comúnmente como algo vergonzoso y muchas veces se trata a este fenómeno mensual como si no existiera. Esto se da a conocer en unas de sus formas más obvias en comerciales de tampones y toallas higiénicas, donde la sangre se representa mediante un líquido azul, lo cual parece algún tipo de detergente para hacer aseo más que la sangre menstrual. Además, muchos de los avisos publicitarios se centran en hacer la regla “invisible”, ofreciéndoles a las mujeres su producto higiénico casi como un camuflaje para evitar que otras personas descubran que están con la regla. En la cultura popular se ve muy pocas veces como se habla sobre la regla en una forma natural. Existe una cultura donde muchas niñas y mujeres se sienten como que tienen que “ocultar” su menstruación, como si fuera un secreto, el hecho de que van al baño para cambiar su protección sanitaria, a modo de ejemplo, escondiendo el tampón en un puño bien apretado.
El tabú también se puede rastrear al cristianismo, donde el antiguo testamento habla sobre la menstruación como un periodo sucio: “Cuando una mujer tenga flujo, si el flujo en su cuerpo es sangre, ella permanecerá en su impureza menstrual por siete días”, además el texto señala que “También todo aquello sobre lo que ella se acueste durante su impureza menstrual quedará inmundo, y todo aquello sobre lo que ella se siente quedará inmundo.”
Queda bastante claro que la vergüenza que rodea la menstruación hoy en día, no es algo sacado de la nada, sino que es un fenómeno cultural histórico desde hace mucho tiempo. En Reino Unido, hasta el siglo XX, las mujeres que estaban menstruando no podían entrar en algunos jardines porque se pensaba que ellas podrían inhibir el crecimiento de las plantas. Hasta el día de hoy existen tabúes graves relacionados con la menstruación, en algunas sociedades del mundo las mujeres no pueden tener contacto con otras personas durante la regla, o se imponen otras restricciones sobre ellas durante este periodo. Por lo tanto, cuando se considera la menstruación como algo sucio, también se ve la mujer como impura.