Bordados bidimensionales y tridimensionales que reflejan paisajes intervenidos y ruinas de la ciudad de Santiago conforman “No hay cielo sin nubes”, la nueva exposición de Claudia Gutiérrez, que funciona como la primera parte de un proyecto que contempla dos muestras y que en su totalidad lleva el nombre de “No hay cielos sin nubes, ni paraíso sin serpientes”.
En esta primera exposición, Gutiérrez explora, por medio de la técnica del bordado, situaciones límites ocurridas en las periferias de las ciudades, teniendo como protagonistas la vulnerabilidad y violencia de las calles chilenas. Rayados en paredes, terrenos eriazos, basurales y muertes violentas son parte de las situaciones que la artista exhibe en colores alegres que chocan con la desolación que retratan.
Al igual que las arpilleras de Violeta Parra y aquellas que denunciaban a la dictadura, estos bordados perturban y desestabilizan al emparejar a las imágenes con la belleza y el detalle de su labor. La historia del arte moderno y contemporáneo tiende a descalificar a los tejidos como obras artesanales, relegándole a un estatus secundario al igual que a gran parte del arte realizado por mujeres, que apenas comienza a ser visibilizado. Los tejidos de Gutiérrez, al igual que los de artistas como Loreto Millalén, Vanessa Barragao, Sheila Hicks y Carlos Arias, muestran cómo la artesanía y el arte se solapan, cómo una visión política va allende las banderas y los símbolos y cómo una forma artística menospreciada permanece y finalmente vence a través de algo tan aparentemente sencillo e inocuo como un tejido manual.
De la misma manera, la historiadora cultural Celeste Olalquiaga analiza el entorno en el cual se enfoca la obra de la artista. “La periferia, del griego ‘contorno de un círculo o esfera’ es el área más porosa de las ciudades, un territorio que antecede a la frontera, un espacio donde lo urbano convive con lo rural, donde los restos, aquello que ‘sobra’ (social y económicamente) encuentra su hogar. La periferia acarrea el estigma de lo marginal, lo que no cabe, lo que ha sido expulsado, lo abyecto”, señala Olalquisga y agrega: “Son lugares que escapan a las normativas urbanas, estas áreas son tratadas como espacios homogéneos de gentes anónimas y oscuras, olvidando que son precisamente estas personas las que permiten que la maquinaria citadina pueda funcionar. Las comunidades entretejidas que allí habitan, generalmente más generosas y solidarias que aquellas de los barrios centrales y suburbanos, tienen libertad creativa total, aunque poco o ningún acceso al mercado del arte. Son precarias en todo sentido menos el afectivo”.
Gutiérrez y esta exposición acaban de ser premiados en la reciente edición de Gallery Weekend Santiago, donde recibió el galardón destinado a Artista Emergente, logrando destacar entre el trabajo de 15 de las más destacadas galerías del país.
“No hay cielo sin nubes” es la exposición N.101 de AFA Galería y la segunda desde que recientemente inaugurara su nueva sede en Factoría Franklin, un renovado sector de encuentro en aquel tradicional barrio santiaguino, donde conviven diversos oficios y gastronomía de autor.
Sobre Claudia Gutiérrez: Licenciada en Artes Visuales por la Universidad Diego Portales y Diplomada en Realización Cinematográfica por la Universidad de Chile. Ha participado en diferentes exposiciones, entre las que destacan Húsares trágicos, Museo de Arte Contemporáneo MAC, Santiago de Chile (2018), y Poco se gana hilando, pero menos mirando, Museo de la Solidaridad Salvador Allende, Santiago de Chile, (2016). Recibió el Premio Municipal Arte Joven 2018, categoría Arte Textil, otorgado por la Municipalidad de Santiago, y la Distinción del Ministerio de la Culturas, Las Artes y el Patrimonio del Concurso Nacional Arte Joven de la Universidad de Valparaíso (2017)
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29 de septiembre al 14 de noviembre 2021
GALERIA AFA
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