El Club de la Serpiente: poesía en El Ciudadano
Reseña del poemario Berlín (2011) de Victoria Guerrero
“Hoy estás en Lima/ Hoy no estás en Lima” son los versos con los que Victoria Guerrero (Lima, 1971) expresa, a mi parecer, una de las más grandes problemáticas de Berlín, su tercer poemario publicado el 2011. Será el lugar de enunciación de la sujeto un espacio incierto y nebuloso; en él transitarán los diversos yoes y túes que tendrán como primer escenario y punto de encuentro victorialand, territorio, cuerpo, en el que se imprimirá una disputa de poder entre yo y el no-yó; entre el estar y no estar, entre Lima y Berlín, tal como expresará en alguno de sus versos: “La luz blanca de Lima (¿seguimos en Berlín?) nos ciega” (Guerrero 77).
En este tránsito de ir y venir titubeante, la voz poética nos mostrará la vida en movimiento perpetuo e inasible, en los límites de las construcciones discursivas y textuales más allá del lenguaje, más allá de la patria. Nos quedará el silencio, las pausas, el gesto, el “ronroneo”, la danza, incluso; y el grito: “¿Cómo no hablar del no-yo sin dar un grito?”, citando a César Vallejo.
De esta forma, tanto el lugar (o lugares) desde donde está hablando la voz poética (o voces) y su tránsito por él (o ellos), serán múltiples. En esta situación de enunciación, en ese ir y venir, Lima o Berlín, yo o tú, me interesan los cuestionamientos que va planteando esta subjetividad tan turbada. En algunos casos, reconoce su cuerpo, victorialand, y lo problematiza, va constantemente llenándose y vaciándose en el cruce cultural que le ofrece la experiencia, es la materialidad del despojo y el sometimiento doloroso a una cultura occidental que insiste en la fundación de un estilo de vida determinado; así lo manifestará en su poema “Fundación”. En él, el yo poético, con un temple afligido, explicará el fracaso de esta forma de vida impuesta: la boda, los hijos, el anillo, el esposo, la idea de una vida familiar funcional; todo se desvanece. Se pregunta acaso si no será “inútil esta fundación/ Sin hijos que criar Sin hijos mutilados con cuya sangre regar la patria” (Guerrero 18). De esta manera, la escritura de Victoria, desde la experiencia del viaje, comunicará las fallas de la razón instrumental del mercado, las que se exteriorizarán en su nombre y en sus cuestionamientos: “Me pregunto en qué momento mi nombre fue un puñal atravesado por ocho letras…/ letras impresas en pálidos recibos de luz agua y teléfono/ Mi nombre es ahora un documento de barbarie/ Atrincherado en su yo/ Ronroneando insolente en su tú” (11, 13).
La experiencia del viaje por diferentes culturas (que pareciera ser una sola), expresadas no solamente por el nombre (Berlín, Madrid, Lima, Boston), sino que también por las lenguas, el cruce de discursividades, llevará al cuerpo de la voz poética a vivir diversas transformaciones. Estará haciéndose y rehaciéndose siempre de una forma honda y escindida. Berlín es un cuerpo vivo, porque es la experiencia la que lo mueve; la sujeto deambula, vaga, transita, se reconoce como una sujeto migrante que se traza a sí misma en una escritura de pérdidas; de hecho, ya finalizando el poemario, los espacios de tránsito van agotándose, porque los lugares van mezclándose, convirtiéndose en uno solo, incluido victorialand: “Porque ya no tiene a dónde más inmigrar/ Sino es al centro exacto de sí misma/ Donde alguien bate unos tambores ancestrales”. (Guerrero 72)
El desplazamiento hacia sí misma expresa un entendimiento, parecido a una resignación, entre este yo y el tú: “Y yo y tú o tú y yo/ somos ese cuerpo que se refleja a si mismo/ Y que se rearma/ sale vivo/ y/ rejuvenece” (Guerrero 40), llegando a una unión, a un “somos” en el que entra “Lo cholo y el avant-gard juntos” (69). Este vínculo se aceptará con una actitud desilusionada, pues después de tanto ir y venir, después de haber sufrido en el yo, regresa al tú con lo único que le queda: “Mi insoportable miopía/ y mi corazón ebrio de tanta sinfonía popular/ que me aprisiona” (40). Encerrada en Lima estando en Berlín, no se puede superar el regreso al origen: “Berlín/ Soy una extranjera/ Pero todo me resulta tan familiar/ No puedo perderme Siempre acabo en el Muro” (75). El Muro como representación de otro, un tú, que también es ella misma, porque es el reflejo. El Muro es un espejo. En definitiva, el yo poético, en Berlín, “vive sobrevive subvive” a una realidad difícil y que la hace recordar su ciudad natal, Lima. El texto traducirá, entonces, el encuentro, choque, conversación de experiencias vividas por la hablante en el primer mundo y en el tercer mundo. Se dará un juego de tránsito conflictuado entre estos dos polos que se volverán uno al mezclarse.
En este libro se expresan los deseos, los fracasos, conflictos de identidad y la no-superación del regreso al origen de una voz apuñalada por un mundo que la acosa. Sujeta migrante, llena y vacía de espacios donde todos vuelven a ser uno y ninguno: “Hoy estás en Lima/Hoy no estás en Lima” (Guerrero 51); independiente del lugar, “Yo me levanto en señal de respeto y ofrezco esta danza digna y poderosa” (80) junto a ese grito seco intervenido por un lenguaje que no alcanza a traducir lo que significa, y acá retomo los versos de Lira, los cuales abren el poemario en cuestión, la experiencia “de residir por mientras pasa el tiempo que nos separa de la muerte”.
Escrita por Claudia Espinoza
UNA PEQUEÑA RESEÑA SOBRE LA AUTORA
Victoria Guerrero Peirano ha publicado recientemente el poemario: “En un mundo de abdicaciones” (Lima-FCE, 2016), anteriormente y a dúo con el poeta chileno Raúl Zurita publicó “Zurita +Guerrero” y el compilatorio de su poesía bajo el título de “Documentos de Barbarie (poesía 2002-2012)” que comprende los libros: El mar ese oscuro porvenir, Ya nadie incendia el mundo, Berlin y Cuadernos de quimioterapia. Además, la novela corta “Un golpe de dados (novelita sentimental pequeño burguesa)”. Sus poemas han aparecido en diversas revistas y antologías nacionales e internacionales, y traducidos al alemán, inglés, francés, portugués y finés. Ha sido invitada, entre otros, al World Village Festival de Helsinski, la Feria del Libro de Bogotá, el Parnassus Festival de Londres y el Latinale de Berlín. Es doctora en Literatura por la Universidad de Boston y máster en Estudios de Género. Ejerce la docencia en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
A continuación los dejamos con una selección de poemas de Berlin
TESTIMONIO DE PARTE (victorialand)
¿Cómo hablar del no-yó sin dar un grito?
(Vallejo)
Me pregunto en que momento mi nombre fue un puñal atravesado
por ocho letras
8 letras redondas con sus vocales y sus consonantes agitadas
mordiéndose en el yo
crispándose en el tú
Hoy te he visto envenenarte con confesiones pretenciosas y ser
el centro de
la Fiesta
Exhibirte con un vergonzoso baile cumbianchero delante de tus muertos
¿Acaso no me trajeron aquí
enseñándome
im-pú-di-ca-
mente
a desear todo lo que se vende?
No tengo sentimientos –dicen-
Más todo se agita en mi interior nerviosamente
Y cómo he sentido la duda jalonearme
pero
mis sentimientos eran vanos porque venían del fondo
y no los podías ver
No eras quiromántico –según decías-
(o quiropráctico)
y ante tus ojos la sumisión era una forma de Amor
¿No es este el tiempo de la razón ardiente?
Yo sé que los críticos piden de mí
la cursilería de andar con el corazón en la boca
Más Yo no puedo hacer eso
Yo solo corro tras heladeros o restaurantes de menú baratos
a través de las cuales sobrevive la incursión diaria de ser:
gorda / pequeña / imberbe / velluda / transparente
raquítica / potona / ojerosa…
En la cola de los bancos canto canciones de josé José
Y bordo imágenes futuristas en viejas casacas de yin
para espantar las deudas y la comida a deshora
Esto me hiere tremendamente
Y otra vez te preguntas en qué momento cada consonante
y cada i
y cada o
y cada a
empezaron a convertirse en letras muertas
letras impresas en pálidos recibos de luz agua y teléfono
Vocales descoloridas que alguna vez ardieron
a noir
o bleu
i rouge
Mi nombre es ahora un document de barbarie
Atrincherado en su yo
Ronroneando insolente en su tú
Never more!
Never more!
-me digo-
Así sea
Baile
Él fuma
Ella hace rodar sus anillos
Gottfried Benn
Viendo mi cadaver Este cadaver peruano
flotando río abajo
arrastrado
hacia sucios mares del desierto del Perú
recordé a mi abuela loca
y su extraño canto
el eco atravesado de su voz en paredes de adobe
ojos azules que me miran observan el corazón de una fruta descarnada
Saenz Peña 450 Allí nació mi desatinado baile
En medio de una fiesta gótica chispeante de tonos chicha
Alumbrada por una iglesia limeña de mediana alcurnia
Se celebraron las bodas de la Locura
Un anillo se hundió en el otro para pactar la nueva Alianza
Esposos & Esposas
recitaron el viejo poema del manicomio
un disco de vinilo siguió a otro
como mi madre siguió a la suya y yo a ella
He ahí el origen de este cadáver desplazado de su sucia tierra natal
Entonces Esposo
dame dos anillos viejos para entendernos
Ahora que conoces el pasado
Es tu turno de agitar el futuro
Los dados al centro de la mesa mugen su balada:
6 6
Lo dicho:
Un golpe de dados nunca abolirá el azar
**
Hace tres años que llevo de la mano a mi hijo no nacido
Medio estúpido el pequeño caminaba tembloroso
aturdido por la piratería
estereofónica de
Galerías Brasil
Si estuviese medio vivo tendría un corazón de sapo como su madre
que no se sabe hacia donde más saltar
y se hincharía como un enorme zeppelín
para luego arrojarse
100km/h
«Yo quería fundar un mundo más rozagante
para colgarlo en la vitrina de un Mall
Luciría hermoso con descuentos y todo
Y en temporada alta sería inalcanzable para nuestros bolsillos
de estudiantes tercermundistas
Lo cual volvería bello todo
Porque esperaríamos los saldos sentados en una banca del parque
Cogidos de la mano
Siempre alertas ante cualquier complot de las transnacionales
Que quieren engullirlo todo
Incluso la caída de nuestro Amor
Su derrumbe impopular sobre la masa
Que así aprendió a bailar y jaranearse
mejor que nosotros»