Quedó escrito, desde en diarios y revistas hasta en letras de canciones, que fue a mediados de los años ’80 cuando una serie de grupos nuevos vino a cambiar la cara de lo que hasta entonces tocaban los músicos chilenos de rock, y trajeron una necesaria nueva oleada de diversos sonidos entre el pop, el dark, el punk, el reggae, el ska o el tecnopop para poner el escenario al día. Pero en ese cambio de folio, que es real, siempre ha habido un grupo inadvertido, y ni siquiera en esa escena, sino incluso antes. Tres o cuatro años antes. Un grupo que ya en 1981 apareció con el pelo corto y adelantado a un sonido de reggae que un lustro después se iba a hacer más popular en manos de Los Prisioneros, Cinema, Upa! o Gondwana. Ese grupo es la Banda Metro.
El paisaje del rock chileno estaba hecho en parte por bandas de la vieja escuela como Tumulto y por abanderados de un sonido nuevo y más pesado llamado heavy metal cuando apareció este grupo, distinto a todos los demás. Eran John Bidwell (voz), Roberto Lizarzaburu (guitarra), conocido con el nombre mucho más taquillero, en palabras de la época, de Roberto Lee; Pepe Aranda (bajo) y Eric Franklin. Los solos nombres, Bidwell, Lee, Eric, Franklin, ya proyectaban un aura de rock de importación, y es el baterista el hombre clave en el tráfico de las genuinas influencias internacionales de la Banda Metro. Franklin había sido ya en la segunda mitad de los ’60 integrante del precursor grupo Los Mac’s, y para comienzos de los ’80 estaba de vuelta en Chile tras una temporada en EE.UU. y con toda la información fresca de grupos modernos tan distintos como Blondie, The Cars o The Police.
Así sonaba la Banda Metro. Y así se veía, también. Franklin trajo consigo además de nuevos discos una nueva forma de vestirse, sumada al instinto de John Bidwell como vocalista y a la destreza combinada con simplicidad de Roberto Lee en guitarra. Aunque este grupo compartiera escenarios con bandas de su misma época como Amapola o los citados Tumulto el efecto era distinto, y en fotos de la época ya posan peinados, maquillados y entre humo artificial. Dos discos quedan como registros: el primero, «Banda Metro», grabado en 1982 por el sello Sonotec, y «Banda Metro», el más conocido, editado en 1984 por RCA. Canciones como «Sé mujer», que pudo verse en la TV de la época cuando la Banda Metro participó en la versión local del festival OTI, «El ermitaño», «Santina», «La ciudad» y «En el metro» quedaron prensadas en esas grabaciones, antes de la separación del grupo en 1986, cuando ya estaba desplegada la escena del nuevo pop chileno. La Banda Metro circuló antes con ese nombre de transición entre viejo y nuevo régimen: banda, como banda de rock, pero Metro, como el medio de transporte santiaguino todavía flamante en esa época. Los Prisioneros se subieron al mismo Metro para sacarse la foto de la portada de su segundo disco en 1986 y en el mismo año Upa! tocaban una canción llamada «Pasajeros del último Metro». Pero en ese viaje la Banda Metro había tomado en el primer vagón.
Por David Ponce
Onda Corta
El Ciudadano
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