Si algo caracteriza a los artistas es que tienen una forma creativa y original de expresar lo que a otros cuesta, independientemente del lugar, la fecha y las circunstancias. Banksy, un artista de arte urbano británico, es uno de los que practica esta filosofía, y cada vez que puede, deja su impronta protestataria.
En esta ocasión, y pesar de ser conocido por su misteriosa identidad, regaló un mural de una niña que le dispara al amor con un tirachinas, una suerte de metáfora que llama a la reflexión sobre la falta de amor en nuestros corazones.
La protagonista de este mural es una niña pequeña, en blanco y negro, armada con un tirachinas que dispara contra un objeto volador rojo, que explota y deja una mancha de flores en la pared. Algunos de esos pétalos rojos caen sobre el letrero de la calle Marsh Lane.
La nueva imagen apareció en Bristol (al oeste de Inglaterra), ciudad de la que se cree que es originario el artista, y fue interpretado por muchos como su regalo por el día de San Valentín.
Si bien la iniciativa tuvo una buena intención, la última obra de Banksy sufrió el vandalismo este sábado. En su mural se lee el trazo de vandalismo “BCC Wankers”, traducible como “BCC gilipollas” o “BCC idiotas” al español.
Obra certificada
Una vez conocida la obra, el grafitero compartió una galería en las redes sociales, en la que se ve el mural desde dos ángulos diferentes y no añade ningún comentario.
Como se sabe, este artista callejero suele llamar la atención al pintar sobre cuestiones sociales y agregar elementos de oscuridad a escenas que de otro modo serían alegres.
Una de sus últimas obras fue la que pintó en Birmingham el pasado diciembre sobre la problemática de la vivienda. En esa oportunidad dibujó dos renos voladores tirando de un hombre sin hogar en un trineo que era realmente un banco de la calle.
Esta suerte de reacción o colaboración con su obra no es nueva. A principios de diciembre, un transeúnte ya había destrozado un mural de Banksy en Birmingham, agregando una nariz roja a los dos renos que tiraban de un banco donde alguien estaba durmiendo. El trabajo, que resaltaría el problema de las personas sin hogar en el Reino Unido, fue protegido por un cristal.
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