Si bien los cuentos infantiles transmiten valores: respeto, honestidad, amistad, honor… desde pequeños nos imponen temas sobre los roles de género a través de bellas princesas y valientes guerreros. La realidad es que las niñas no deben aspirar a que un príncipe azul llegue a su rescate, ni los niños deben buscar a un princesa que más parezca barbie, pues estas son falacias que apoyan al sexismo implícito en los cuentos de hadas.
Actualmente hay un interés en desenterrar historias de mujeres independientes y luchadoras antes ocultas por el temor de iniciar conflictos en nuestras sociedades machistas. Ya se acepta que hay formas de vida diferentes para una mujer, sobre todo en temas de maternidad, la relación con su cuerpo y la sexualidad.
Chirimbote es una editorial argentina que lanzó la colección de libros infantiles Antiprincesas con ayuda de la periodista Nadia Fink y el ilustrador Pitu Álvarez. Estos narran historias sobre mujeres reales, líderes y creativas que desafían los estereotipos de belleza.
Frida Kahlo es la primer antriprincesa de la colección, pues al no conformarse con lo que la gente quería de ella, abre la veda de la serie. El cuento narra su trayectoria como mujer, artista y feminista de una forma amena y colorida para que los niños y niñas puedan fascinarse con ella. Y con toda razón, ¿quién no quisiera ser Frida? Mujer que lució su cuerpo a pesar de sus heridas, que pintó los momentos más dolorosos y felices pero ante todo buscó el arte y la alegría.
La colección, que también cuenta la historia de la compositora chilena Violeta Parra, propone otra mirada para que las niñas encuentren diferentes espejos para identificarse gracias a estos increíbles reflejos, pues las niñas y niños deben sentirse hermosos con las características que los hacen únicos.
Los parámetros de belleza que tiene la sociedad son crueles y apartados de lo humano. Las princesas europeas están totalmente alejadas a nuestra realidad latinoamericana. Frida Kahlo rompía totalmente con lo que se supone que es una mujer bonita y aún así, a más de 66 años de su muerte, se le sigue evocando continuamente y reconociendo como una hermosura.
Nuestro deber es depositar la belleza en características más importantes y humanas como el arte, música, alegría y libertad para romper las estructuras dañinas que afectan a nuestras futuros héroes y heroínas.