Bill Hicks fue uno de los mejores comediantes de stand up de todos los tiempos. Al igual que el gran Lenny Bruce, rompió barreras y denunció con sátira y cinismo la hipocresía, el consumismo, la mediocridad y la banalidad de la cultura popular y los medios de comunicación, a los cuales catalogaba como opresores que mantenían a las personas estúpidas y apáticas.
Dotado de un inteligencia diferente y un sentido común mucho más despierto que el del resto de sus contemporáneos, Hicks fue un gran poeta del humor negro y el sarcasmo, un adelantado a su tiempo que llevó la comedia a un nuevo nivel.
Al igual que otros clásicos del stand up como el ya mencionado Lenny Bruce, George Carlin o el mismo Woody Allen, Hicks transformó esta práctica en una sátira honesta y brutal sobre la cultura y el tono psicológico de su tiempo. Su extremadamente clara visión del mundo lo llevaron mucho más profundo que el resto, ganándole un lugar de culto entre sus seguidores.
En sus mejores momentos, Bill Hicks produce un efecto casi religioso sobre el público. Hicks obliga a pensar, obliga a cuestionarlo todo, a que hagamos las preguntas que nunca antes fueron hechas; Hicks saca a su público de la zona de confort y lo sacude hasta hacerlo despertar; no es una clase de comedia fácil de digerir y una vez que logra penetrar en el escepticismo de sus oyentes, ya no los abandona.
Hicks fue un visionario no sólo del arte que practicó mejor, el de la comedia, sino de la vida en general. Su obra y su vida, como en otros grandes artistas, fueron inseparables. No existe punto intermedio con Bill Hicks: se lo ama o se lo odia.
Willian Melvin “Bill” Hicks nació el 16 de diciembre de 1961 en Valdosta, Georgia. Antes de cumplir siete años ya había vivido en Florida, Alabama y New Jersey, hasta que finalmente llegó a Houston, Texas, donde su familia se asentó.
Desde muy pequeño se vio atraído por la comedia, imitando a Richard Pryor y Woody Allen y escribiendo rutinas con sus amigos. Actuó alguna de éstas en la escuela, por lo general derivadas del material de Woody Allen, y en su casa escribió su propio material que deslizaba luego por debajo de la puerta de su hermano Steve, el único miembro de la familia que Hicks respetaba, para que este lo leyera y le diera su opinión.
Desde muy temprano, Hicks comenzó a burlarse de las creencias religiosas de su familia Baptista. La biógrafa Cynthia True describe una típica discusión con su padre de esta manera:
– Creo que lo que está escrito en la Biblia es literal – le diría su padre.
– No, no lo es – respondería el joven Hicks
–Bueno, yo lo creo así – replicaría su padre. A lo que Bill diría:
– Bueno, como tú sabes, algunas personas creen que son Napoleón. Y está bien. Las creencias son puras y hay que amarlas, pero no las compartas como si fueran la única verdad.
A los 16 años comenzó a presentarse en el Comedy Workshop de Houston y fue parte del grupo Texas Outlaws Comics del mismo lugar. En 1987 apareció en el programa Young Comedians de Rodney Dangerfields. Ese mismo año se mudó a New York, y durante el próximo lustro se presentó alrededor de 300 veces al año por oscuros y olvidados pueblos del sur de Estados Unidos.
En 1989 salió a la luz su primer video, Sane Man. En 1990 se puso a la venta su primer álbum, Dangerous, grabado para HBO en el festival Just for Laughs de Montreal. También fue parte del grupo de comediantes norteamericanos que actuó en Londres durante el festival West End. Hicks fue tan bien recibido en Inglaterra e Irlanda que continuó de tour hasta 1991. Ese mismo año regresó a Estados Unidos para el especial Just for Laughs y grabó su segundo video: Relentless.
En 1992 inició una gira por Inglaterra, donde graba su tercer video: Revelations, el que cierra con su famosa frase sobre la vida: “Es sólo un viaje.”
El primero de octubre de 1993, Hicks se presenta en el conocido programa Late Night with David Letterman. Era su decimosegunda aparición en el programa, pero su rutina fue borrada por completo y nunca salió al aire. Fue la única vez en la historia del reconocido programa que la rutina de un comediante era dejada de lado después de haber sido grabada. Según Hicks, esto sucedió debido a que los productores del programa creyeron que su material, que tocaba temas como la religión y el movimiento contra el aborto, no era apropiados para pasarlos al aire. Hoy se puede ver al comediante Louie CK en el monólogo de introducción de Saturday Nigh Live bromear con temas como el racismo y la pedofilia sin que nada suceda.
Después de la censura, Hicks no volvió a presentarse en el programa nunca más.
El estilo de comedia de Bill Hicks juega con las emociones de la audiencia. Expresa su enojo, disgusto y apatía a la vez que se dirige al público de manera casual y personal como si estuviera hablando con sus amigos, invitándolos a que desafíen a la autoridad y a la existencia de llamada “verdad aceptada.”
Muchas de las rutinas de Hicks incluyen ataques hacia la clase dominante, la religión, la política y el consumismo. Cuestionado en una entrevista para la BBC sobre el porqué su rutina no era para todos, él respondió que tal cosa era imposible, y repitió un comentario que un miembro de la audiencia alguna vez le hizo:
– ¡No venimos a pensar!
– ¿A dónde vas a pensar entonces? – le había respondido Hicks. – ¡Te encuentro allí!
El 16 de junio de 1993 le fue diagnosticado cáncer de páncreas. A la vez que salía de tour y grababa el álbum Arizona Bay, fue sometido a quimioterapia. El público nunca supo de su condición, y solamente los amigos más cercanos y su familia estaban al tanto del alcance y la magnitud de la enfermedad.
Su último show fue en el Caroline’s de New York el 6 de Enero de 1994. Luego se mudó a la casa de sus padres en Arkansas y llamó a sus amigos para despedirse. El 14 de febrero dejó de hablar. El 26 del mismo mes murió de cáncer de páncreas a la edad de 32 años.
El legado de Bill Hicks cruza géneros y fronteras y llega hasta bandas como Radiohead y Tool, quienes han dedicado algunos de sus álbumes en memoria del comediante. También el conocido trovador norteamericano Tom Waits ha catalogado al álbum de Bill Hicks Rant in E-Minor como uno de sus más queridos de todos los tiempos.
Hoy su fama como comediante sigue creciendo, y está considerado entre los cinco mejores comediantes de stand up de la historia.
Cualquier material de los que se pueden encontrar en la red son buenos como introducción a su obra. Recomiendo el documental American: The Bill Hicks Story, y los videos Relentless, Revelations y Sane Man, siendo este último el mejor.
Por Nicolas Kouzouyanvisto en Cultura Colectiva