Cactus Andante: Diferentes preguntas, diferentes respuestas

Gritan las nubes [2017]. Independiente.

Cactus Andante: Diferentes preguntas, diferentes respuestas

Autor: Carlos Montes

El formato canción ha resultado la medida perfecta para que la música popular transite, se porte en nuestros dispositivos y se consuma como forma de un trabajo creativo. Su amable estructura en la que conviven estrofa y estribillo, generalmente dispuestos en un orden en donde la analogía pregunta-respuesta se cumple muchas veces, la convierten en una de las herramientas más exitosas con las que la música se hizo cargo de sobrevivir, generar devociones o configurar industria.

Las y los músicos –cada uno desde sus distintas propuestas- se apropiaron de esta forma de composición, trastocándola, desarmándola y figurándola a su antojo, aun cuando sus decisiones rompieran convenciones con las que ésta se fraguó a través de su historia. Y es quizás esta dimensión la que más aplaudo al oír el disco debut de los sanantoninos de Cactus Andante, ya que es ésta apuesta lo que resalta en su proyecto.

La canción nunca es la misma

Gritan las nubes es el primer álbum de este grupo cuyo núcleo está conformado en principio por Jejo Velasco y Coté Ramírez más la participación de Gustavo Amaro, Samuel Cáceres y Claudio Concha. El rock, es el eje principal más la suma de recursos tomados del jazz o del progresivo haciendo que este álbum transite lleno de vida y color.

Para quienes creen que el arte debe siempre resisitir el estatismo, el trabajo compositivo de Jejo Velasco en este disco consigue en gran medida esa sensación. Porque si bien la autogestión –junto a las evidentes libertades que ofrece- tiñó gran parte nuestra forma de industria musical casera, hay muchos ejemplos que se quedan en fórmulas probadas o en lugares comunes para sumar audiencias, y la gracia de Gritan las nubes es que canciones de espíritu rocker más convencional como “Texano” –con la potente lírica de Marcelo Mellado-, “Retiro” –atención a sus hermosas tensiones- o “Santiago”, conviven sólidas con piezas como “Colesterol” o la tremenda “La ciudad no”.

Con texto de la escritora sanantonina Florencia Smiths, “La ciudad no” resulta tan colérica como delicada. Acá la canción se sacude cualquier horma odiosa, quiebra todo tipo de convenciones, por eso la sorpresa y el desacato transcurren luminosos en sus casi cinco minutos de duración; acá habita el legado de artistas señeros como Fulano que resuenan sin culpas cuando la exquisita voz de Coté juguetea precisa con los fraseos de la guitarra y el bajo, cuando entre impensados cortes o en líneas melódicas poco convencionales la idea clásica de canción se desarma y se inventa con otras reglas.

Lejos de un lugar común

Resulta esperanzador encontrarse con proyectos musicales como el de Cactus Andante, el que es capaz desde la provincia –que en este Chile es tan violentada y disminuida- ofrecernos un disco tan lúcido y lleno de buenas ideas.

Disfruto una última pasada del disco y me imagino que sería tan lindo si muchas más de nuestras miradas, muchos más de nuestros líderes, si más de nuestras canciones, se permitieran conocer el hermoso vértigo que habita lo desconocido, desterrando un poco algo parecido a la comodidad.


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