La misión de Carlos Núñez es sencilla y simple: transmitir emoción, misterio y fascinación por una idea de cultura celta a partir de la cual Núñez ha construido un «nosotros» en sintonía con el mundo latino e ibérico, reivindicando «la gaita», viajando del villancico gallego al «bolero» de Ravel y del Mediterráneo al Atlántico.
Bostezar, en sus shows, es una tarea imposible, pues no paran de suceder cosas desde que Núñez comienza a irrumpir a lomos de “reels” irlandeses con su hermano Xurxo en las percusiones, el guitarrista Pancho Álvarez (cómplice desde Matto Congrio) y el violinista, bailarín y showman canadiense Jon Pilatzke (integrante del afamado grupo The Chieftains).
Fue con su disco A Irmandade das estrelas, con el que Carlos Núñez consiguió lo que nadie antes había considerado como algo posible: poner la música folclórica de Galicia y a uno de sus interpretes bajo los focos del exigente escenario artístico internacional. Y no es que esta música no existiera antes de Carlos Núñez. Lo que logro fue un contar en sus temas el beneplácito y bendición de más de cincuenta artistas ya consagrados que participaron: desde León Gieco, Gustavo Santaolalla, Chango Spasiuk, The Chieftains, pasando por Ry Cooder, Jackson Browne, la propia Luz Casal, músicos brasileros tales como Alan Stivell y Dan Ar Braz, la cantante israelí Noa, la mismísima Orquesta Sinfónica de Galicia, Vicente Amigo y músicos andalusíes de Marruecos y gitanos de Rumania entre muchos otros.
Comenzaron a verse los pilares de una carrera meteórica e imparable: la energía, la sensibilidad, su acercamiento al hecho musical, su virtuosismo no solo con las gaitas sino también con las flautas… y sobre todo la capacidad para multidisciplinar su capacidad para interesar y reunir a grandísimos artistas de diferentes países y estilos, a su alrededor para dar vida a su música, con raíces muy profundas sobre lo que florece su inagotable e incansable imaginación.
Su carrera ha llegado a tal grado de superación personal y profesional que no puede concebir la grabación de un nuevo disco sin la existencia de un “plus ultra” que lo justifique como un proyecto único, especial. Siempre buscando un lugar de fuera de sus tierras ese hilo conductor que lo lleve de vuelta a casa, Galicia. Por muy pequeño que sea ese hilo. SI hubo alguna vez gaitero que puso Marte, Carlos lo encontrará y hará un buen disco de ello.
Carlos es un músico que esta perpetuamente embarcado en su “gira sin final” como Bob Dylan. Se ha presentado en vivo por todo Estados Unidos, Canadá, Europa, África y Latinoamérica. Y esa gira lo llevara al escenario del Teatro Municipal de Ñuñoa (Ex California) el próximo jueves 1 de noviembre a las 20:30 hs. entradas a la venta bajo el sistema TICKETEK , valores $ 15.000 y $ 20.000 pesos