Frankenweennie: No es solo Tim Burton en su máxima potencia. ¡Es Tim Burton y Disney y perros resucitados!
El largometraje animado estrenado en 2012 fue el remake de un corto titulado con el mismo nombre. La trama sigue el vínculo entre un niño y su mascota, quienes le harán burla a la frase “hasta que la muerte los separe”.
Reversión libre del clásico de terror Frankestein, Frankenweennie producirá muchas sensaciones distintas a quienes alguna vez hayan amado a una mascota fiel.
2001 a Space Odyssey: Si tienes la posibilidad de verla, además, en pantalla gigante, te ganaste la lotería. Lo único: llévate algunos snacks porque el clásico de Stanley Kubrik dura poco menos de tres horas.
La película de ciencia ficción basada en la novela El Centinela de Arthur C. Clarke-quien coescribió el guion junto a Kubrik- significó, en 1968, una revolución en cuanto a los efectos visuales. Casi 50 años después, todo aquello referido a la imagen sigue teniendo una enorme vigencia y continúa sorprendiendo a sus espectadores.
(Si no entiendes muy bien la trama, no te preocupes: para algunas personas es costoso encontrarle cabalmente el sentido incluso estando careta).
El viaje de Chihiro: Sumergirse en el universo del genial Hayao Miyazaki es siempre toda una experiencia. Y puede ser más profunda aún si tenemos la sensibilidad de nuestros sentidos a flor de piel.
Spirited Away es una película animada que transcurre en un mundo fantástico situado en un antiguo parque de diversiones japonés. Chihiro, una pequeña niña que se muda de ciudad junto a sus padres, será la protagonista de un viaje extraordinario lleno de personajes extravagantes (y no en todos los casos agradables). La estética y la historia son simplemente hermosas.
Enter the Void: Gaspar Noé no suele ser el tipo más digerible del mundo (solo basta recordar la famosa escena del túnel en Irreversible), pero en Enter the Void tener una visión más relajada puede ser una ayuda para situarnos tras los ojos del personaje principal, quien, como si fuese un video juego, será el punto de vista de la filmación durante toda la película.
Los colores, las luces y la noche de Tokio completan el combo alucinógeno de este genial largometraje que abre las puertas de debate sobre el incesto, la muerte y la reencarnación.
Big Lebowski: La escena de la estación de policía puede convertirse en más que un hilarante momento del cine. Si estás en la misma sintonía que el Dude, atravesarás la situación de la misma forma que él y hasta casi sentirás una taza partida en la frente cuando te saquen de tu colgadera mental.
En la comedia de los hermanos Cohen, lo único más absurdo que la trama son los tres personajes principales que la llevan adelante. El plus está dado por la excelente banda de sonido que se conjuga a la perfección con las acciones que suceden en pantalla de la misma forma en que The Dark Side of The Moon sincroniza totalmente con El Mago de Oz.