El DeLorean de Volver al futuro, el coche de Batman, el Gran Torino, el Aston Martin de 007… Más que autos, máquinas de fantasía que son inconfundibles por los aficionados al cine. Hacemos un repaso de estos vehículos y otros muy conocidos.
EL BATIMÓVIL
Cada nueva película de Batman crea una duda entre los seguidores del caballero de la noche: ¿Cómo será el nuevo Batmóvil?
Los aficionados están atentos a las imágenes del vehículo que con cuentagotas aparecen en los medios: en bocetos, en fotos de rodaje, en avances de la película… Según el Batimóvil así será Batman. Porque el Batmóvil más que un vehículo es el alma de Batman hecha metal: siempre será oscuro, robusto y con tecnología fantástica. Y según qué héroe, más o menos militar o más o menos de escaparate. En todo caso, sería impensable un Batman sin Batimóvil; sería como Batman sin máscara.
EL COCHE DE JAMES BOND
El plateado coche de 007 es a Bond lo que el Batimóvil a Batman: una proyección del agente secreto británico. Bajo el aspecto frío y sofisticado del coche Bond (casi siempre un Aston Martin) hay una precisa máquina de combate. Tan versátil que es apropiado en cualquier circunstancia: Bond puede presentarse en el Casino Royale a medianoche y deshacerse de los secuaces del villano de turno al amanecer. Un coche al que Bond da mucho trote. Para eso lo tuneó el profesor Q.
EL GRAN TORINO
El Torino es la montura sobre la que Clint Eastwood, el último jinete, imparte justicia en un barrio tomado por bandas. También, un puente entre dos generaciones, razas y estilos de vida diferentes: la que representa un ex militar con prejuicios y la de unos inmigrantes asiáticos.
Por encima de todo, el Torino forma parte de la historia familiar de Kowalski (Clint Eastwood). Para Kowalski, incapaz de expresar sus sentimientos, regalar su Torino al joven Thao es una verdadera muestra de afecto. Thao es el hijo que Kowalski hubiera querido tener. Y para Thao, el Torino es un reflejo del alma noble y recia de Kowalski.
EL DELOREAN DE VOLVER AL FUTURO
El DeLorean está presente en cada momento importante de la familia McFly en el pasado, el presente y el futuro. Salva las vidas de los protagonistas y de sus seres queridos, y acerca los unos a los otros, no solo físicamente. Marty McFly tiene una oportunidad única: conocer a sus padres con sueños y esperanzas antes de caer en la rutina. Gracias al DeLorean tuneado por Doc con el condensador de fluzo, Marty consigue que sus padres tengan oportunidades para una vida mejor.
Los McFly no tienen escudo de armas como los Stark, pero de tenerlo es posible que el DeLorean ocupara el centro con el lema: «El tiempo en sus manos». Si preguntáramos a Marty McFly cómo saber el valor de un coche, lo tendría claro: «Tiene que acercarte a tu familia».
LA FURGONETA DE PEQUEÑA MISS SUNSHINE
Una vieja furgoneta Volkswagen T2 amarilla une más que nunca a la familia Hoover: tiene magia.
Los Hoover comienzan la película como la furgoneta: no funcionan bien, pero como ocurre con muchas familias, se soportan no viéndose. Cuando la pequeña Olive quiere presentarse al concurso de belleza infantil todos se ven obligados a acompañar a la niña. Un viaje de más de mil kilómetros en el que los Hoover no tienen más remedio que hablar. Y algo cambia… Cada vez que la Volkswagen se estropea, los Hoover la empujan por igual: la furgoneta funciona y la familia funciona. Que Olive gane o pierda el concurso de belleza no importa. Los Hoover saben que han ganado porque forman una piña.
EL AUTOBÚS DE PRISCILLA, REINA DEL DESIERTO
Quien haya visto Priscilla, Reina del Desierto no la olvidará: tres drag queens atraviesan Australia en un autobús llamado Priscilla.
Las drag queens son valientes: muestran su espectáculo en pequeñas poblaciones donde no siempre son bien recibidas. Pero siguen adelante gracias a la música.
Priscilla también sobrevive a los prejuicios. Al comienzo del viaje, Priscilla no es igual por fuera que por dentro. Por fuera tiene un tradicional color plata; por dentro está lleno de las cosas que gustan a las tres drag queens. En una de las paradas, Priscilla es pintarrajeada con un insulto. La solución de las drag queens es radical: pintan a Priscilla de rosa de arriba abajo. Es una declaración de intenciones: las tres amigas tampoco tienen intención de seguir escondiéndose.