¿Crees que hay civilizaciones extraterrestres más avanzadas e inteligentes que la nuestra? ¿Te parece posible sobrevivir a la feroz gravedad de un agujero negro? Si le haces estas preguntas al afamado astrofísico Kip Thorne, te contestará afirmativamente a ambas cuestiones.
Kip Thorne es un tipo peculiar al que le apasiona su trabajo. Durante más de 75 años de vida ha pasado la mayor parte de su tiempo teorizando sobre agujeros negros y otros postulados astronómicos que ha confirmado la teoría de la relatividad general de Einstein, por ejemplo.
Y por si fuera poco, es un apasionado del cine. No en balde es una de las grandes y brillantes mentes que hay tras la ciencia de Interstellar, la joya de la ciencia ficción dirigida por que se ha convertido ya en un clásico moderno.
La vida de Kip Thorne podría dar para acometer su propia película. En la línea de otros célebres astrónomos como Carl Sagan, Neil de Grasse Tyson o Stephen Hawking, es tan apasionado y divulgativo que se ha convertido en una estrella mediática con legiones de fans.
Además, Thorne tiene un gran sentido del humor y la responsabilidad. Gran amigo de Stephen Hawking, otro de los especialistas más brillantes en el estudio de los agujeros negros, el bueno de Kip le pagó una suscripción por un año a la revista Penthouse tras ganarle una apuesta.
Kip era un niño lleno de imaginación y buen estudiante. Sin embargo, sus primeros sueños laborales eran poco ambiciosos. Lejos de la física teórica, su idea era ser conductor de máquinas quitanieves hasta conocer los pormenores del Sistema Solar en una charla a la que acudió con su madre. Ahí despertó su vena científica.
Curiosamente, el propio Christopher Nolan veía con escepticismo la participación de Kip Thorne en el rodaje de la película Interstellar. Todo ello cambió después de un par de charlas. El director inglés descubrió en el astrofísico un aliado en lugar de un policía científico, tal y como pensaba inicialmente.
Además, Kip Thorne es buen amigo de la productora cinematográfica del propio film, Lynda Obst. Su relación se remonta a años atrás, cuando el célebre Carl Sagan propició una cita a ciegas entre ambos.
También cabe resaltar que Kip Thorne no ve muy factible la fabricación de una especie de máquina en el tiempo, pese a la importancia que los agujeros de gusano tienen en la película Interstellar.
Aun así, dado su papel primordial en la predicción y descubrimiento de las ondas gravitacionales, sus buenas relaciones con el mundo del cine e incluso su portentosa imaginación, Thorne prepara ahora en secreto una nueva película junto a sus inseparables amigos Lynda Obst y Stephen Hawking.
¿Qué puede salir de tres mentes tan brillantes? Cualquier cosa es posible, pero sea lo que sea, a buen seguro merecerá la pena