Italia llora a Vittorio Taviani. Con su hermano Paolo realizó obras maestras del cine como «Padre padrone», «La noche de san Lorenzo» o «César debe morir». El gran director italiano tenía 88 años, dos más que su hermano, llevaba tiempo enfermo y murió en su casa romana. Por voluntad del director no habrá capilla ardiente ni funerales.
Nacido en la localidad toscana de San Miniato (Pisa), hijo de un abogado antifascista, abandonó sus estudios de Derecho para seguir su pasión: el cine. Desde hoy, será difícil hablar en singular de los hermanos Taviani. Trabajaron juntos y en sus entrevistas hablaban con una sola voz. Cuando rodaban, un día dirigía Vittorio y al siguiente Paolo. Les bastaba una mirada para entenderse. Juntos contaron la realidad y las contradicciones de Italia, con una visión homogénea del cine, de la vida y de la política. Mezclando denuncia, reconstrucción histórica, melodrama y valores civiles, en su mirada había ironía, implicaciones literarias y poéticas, algo que caracterizó siempre el estilo de los Taviani, fuertemente influenciados por Rosselini, según reseñó el portal ABC.
En sus comienzos trabajaron como ayudantes de dirección del maestro del neorrealismo. Sus primeras películas fueron documentales. En «Los subversivos» (1967), Vittorio y Paolo afrontan el análisis del Partido Comunista italiano a partir de los días del funeral de uno de sus fundadores, Palmiro Togliatti, combinando material de archivo con la historia ficticia de cuatro personajes de Roma para los que la desaparición del líder comunista marca el final de una época. Quedó así marcado el camino de la inspiración de los Taviani.