Colores estrepitosos en un soporte expresivo

Elvira Carrasco es una joven y creativa artista visual nacida en Cuenca en 1990. Radicada actualmente en Valencia,  está gozando del beneplácito de la crítica mundial, así como del apoyo de miles de seguidores en las redes sociales producto de uno de sus últimos trabajos titulado “Faces Project”.

Colores estrepitosos en un soporte expresivo

Autor: Sebastian Saá

La propuesta de Elvira consiste en pintar su propio rostro con diferentes y explosivos motivos, mezclando colores y tonalidades de manera desenfadada, su arte remite al movimiento “Action Painting”, aunque también nos transporta al arte tribal, al autorretrato o a la fotografía, y ahora último también a la escultura.

«Un día decidí empezar a pintarme la cara y a explotar esta faceta al máximo»

Su obra se ha presentado con gran éxito en ciudades como Madrid, Valencia, París, Nueva York, Tel Aviv, Eindhoven o Lugano y ha participado en ferias de arte como la reconocida Art Palm Beach de Miami, Florida. Sin más preámbulos les dejamos una entrevista en exclusiva con El Ciudadano.

-Cuéntame que te inspiró y cómo se te ocurrió la idea de desarrollar tu propuesta artística.

-No existe un momento exacto en el que mi propuesta empezó a desarrollarse, quizá se deba a una sucesión de acontecimientos. En Londres comenzó mi pasión por la fotografía, sin embargo, anteriormente ya había experimentado con otras ramas artísticas. A lo largo de mi corta carrera, he pasado por diferentes fases y considero que el esfuerzo diario es el que te va llevando por unos u otros derroteros. “La inspiración te encuentra trabajando” es una frase de Picasso que me gusta agenciarme. Reflexiono y me doy cuenta de que es completamente cierta y que algo así ocurrió en mi vida. Un día decidí empezar a pintarme la cara y a explotar esta faceta al máximo. Digamos que la producción creativa te hace evolucionar hacia cosas todavía más creativas y te ayuda a tener ideas cada vez más interesantes. Ahora me encuentro en un periodo muy inspirador y estoy trabajando a la vez la pintura y la escultura.

-¿Tienes estudios en artes? Si es así cuéntame dónde y cómo han influido en tu trabajo.

-Desde pequeña me he criado en un ambiente artístico. Mi padre es pintor y mi madre se dedicaba a enseñarme a apreciar la literatura. Podríamos decir que ese fue el cóctel perfecto para que de mí saliera todo lo que soy hoy. Siempre se me dio muy bien dibujar, incluso llegué a ganar concursos del colegio. Sin embargo, cuando tuve que elegir carrera en la universidad, quise estudiar Historia del Arte y no Bellas Artes, quizá fue un punto  muy a favor para mí, ya que pude complementar mi parte más creativa con una base de estudios muy potente. Opino que fue muy importante para mi desarrollo como artista y para la amplificación de mis conocimientos como persona.

En cuanto a la influencia de dichos estudios sobre mi trabajo, creo que ha sido crucial poder conocer y aprender las tan variadas propuestas de los muchos artistas que han llenado y llenan los museos y salas de exposiciones de todo el mundo para poder hacer mi propia aportación, que valoro como única y original. Es importante para un artista conocer las fuentes que le preceden para añadir algo a la historia del arte, tanto para darle una vuelta más a algo ya desarrollado anteriormente, como para hacer tu aporte personal.

– Al ser tu rostro el soporte de tu trabajo, la obra desaparece al limpiarlo, sin embargo la fotografía lo retrata. ¿Qué piensas de lo efímero de la obra?

-Numerosos artistas han tomado el concepto de “Arte Efímero” como centro de su discurso. Supongo que esto es muy interesante porque podríamos ligarlo a lo efímero de nuestra existencia o del propio paso del tiempo. El arte efímero es para mí como un juego, muchas veces me da pena tener que limpiar y, por lo tanto, borrar la obra de arte, pero otras siento orgullo por cómo ha quedado la fotografía, que al fin y al cabo, es el producto final y lo último que busco en mis producciones. La fotografía nos da el poder de inmortalizar momentos, personas o lugares y con eso trabajo. Cuando ves que eres capaz de ser tú misma la obra de arte, pero que, cuando dejas de serlo, pasa a serlo la fotografía, surge la magia. Me gusta pensar en el círculo que se crea entre la pintura sobre algo tridimensional (mi rostro), que después pasa a un soporte bidimensional (la fotografía impresa) y volverá a tener tres dimensiones con la escultura, en la que me encuentro trabajando actualmente.

-He visto pinturas muy distintas sobre tu rostro, ¿Asignas significados e interpretaciones particulares a cada pintura que realizas?

-Tengo unos patrones establecidos muy claros que hacen que mi proyecto sea reconocible, ya no solo fotográfico, sino pictórico. Bebo del Action Painting y le doy mi toque personal, pienso  mucho los colores y las formas y me encanta jugar con las texturas para generar sensaciones en el espectador. También es importante para mí la mirada y lo que esta puede contarle al que observa. Mi obra está llena de diferentes formas de ejecución, trabajo con los rostros monocromos, bifásicos, uso salpicaduras en diferentes orientaciones, chorros de pintura que caen aleatoriamente sobre mi frente, ojos y mejillas. He realizado ya más de 200 pinturas sobre mi rostro y cada una de ellas me produce sensaciones diferentes, creo que eso es muy importante.

«muchas veces me da pena tener que limpiar y, por lo tanto, borrar la obra de arte, pero otras siento orgullo»

-Pero también existen similitudes, se observan como común denominador explosiones de colores sobre tu rostro. ¿Planificas cada pintura o más bien surgen de manera espontánea?

-Así es, como explicaba antes, utilizo ciertos patrones que me caracterizan. Normalmente, antes de pintarme, medito cuáles van a ser los colores que voy a utilizar para esa nueva pieza, otras veces, no tengo nada en la cabeza y dejo que la intuición me guíe. A veces he realizado bocetos o me he apuntado qué colores debería utilizar para siguientes trabajos porque he visto alguna imagen que me ha inspirado, un pasaje, un objeto, una escena de una película… Es mucho más emocionante trabajar sin una idea preestablecida en la cabeza, aunque admito que da vértigo y se sufre mucho más cuando se está desarrollando la obra. Considero que es bueno tener al menos una ligera idea de lo que se busca conseguir y después, dejar parte del proceso final al genio creativo.

-Al observar como realizas tu obra se percibe una velocidad impresionante en los movimientos. ¿Me podrías decir qué piensas y sientes mientras pintas?

-En ese instante, mi sensación es que tengo mucha seguridad en mí misma y en lo que estoy produciendo, opero con decisión y eso es muy importante. La decisión, no dudar durante la ejecución, te permite sacar todo lo que tienes dentro sin titubeos. Una obra bien ejecutada, es una obra hecha con la total confianza de que de ahí saldrá algo magnífico. Cuando pinto, siento mucha energía y fuerza, y todo eso es lo que intento plasmar, es como una electricidad que te recorre el cuerpo y que te hace entender la creación, comprender su composición y cómo funciona, qué color va en cada sitio y sobre todo, cuándo decides que está acabada. Es un proceso mágico, lleno de sensaciones, una especie de ritual en el que estoy completamente concentrada en lo que hago, a veces con música, otras en silencio, pero siempre sola.

-¿Cuál ha sido la recepción de tu trabajo desde el mundo de las artes?

-Ha sido tremendamente positiva. Creo que he encontrado una propuesta que agrada mucho a las galerías de arte y a los clientes. Estoy muy contenta con lo que estoy construyendo, poco a poco, pero sin perder la energía y teniendo una meta en mi mente muy bien establecida. Actualmente tengo obra repartida por muchas ciudades, lo cual quiere decir que el proyecto gusta, es lo más satisfactorio que puede experimentar un artista, que las galerías y por supuesto, las personas, crean en ti.

-¿Cuánto tiempo llevas desarrollando este arte?

-Como dije en preguntas anteriores, desde pequeña he experimentado, pero el “FACES PROJECT” en concreto nació en 2015, mis pinturas sobre lienzo en 2017 y la escultura espero que salga pronto a la luz y que el público responda igual de bien que con lo demás, es un proyecto muy interesante que llevaba pensando mucho tiempo y que por fin voy a poder verlo realizado.

-¿Cuál crees es el rol que debe jugar el arte en el mundo actual?

-Quizá todo el mundo debería comprar arte y apoyar a los geniales artistas que hay en el mundo. El arte en sí, nació para que la humanidad pudiera expresarse de algún modo, al igual que la música o la danza. Es algo precioso que hay que cuidar y considero que actualmente se le debe dar el valor de disfrute, de deleite, de enriquecimiento del alma. Una obra de arte puede transmitirte infinitas sensaciones, desde la más exaltada alegría hasta llevarte al más triste estado.

-¿Has pensado en realizar pinturas con público a modo de performance?

-Sí, de hecho he pensado cómo me gustaría realizar tales performances. De momento, no he tenido la oportunidad, pero por supuesto que es algo que me gustaría hacer en un futuro. Supongo que sería un proceso muy interesante tanto para los espectadores como para mí.

-Si las has realizado ¿Cómo te has sentido y cuál ha sido la respuesta de las personas?

-Como he comentado antes, no las he realizado todavía, pero me sentiría cuanto menos, observada. Imagino que para alguien que vaya a ver la performance que yo imagino en mi cabeza, debe ser bastante impactante. Me encantaría saber qué ha sentido ese público durante la performance.

-Eres una persona muy joven que se está destacando con su propuesta ¿Qué le dirías a otros jóvenes atraídos por el arte?

-Pues podría decirles que nunca dejen de producir y que no pierdan la ilusión. Sé que suena muy típico, pero el trabajo constante y las ganas, son fundamentales. Valoro que hay que estar con los pies en la tierra, pero hasta cierto punto, también hay que imaginar hasta dónde se podría llegar y qué es lo que quieres conseguir en la vida por muy lejano que parezca. Sé que al principio crearemos cosas que no nos gusten, o incluso pensemos que no vamos a llegar a tener una idea innovadora o lo suficientemente buena, pero si seguimos trabajando a pesar de esos pensamientos, algo bueno saldrá a lo largo del tiempo. También es interesante probar muchas cosas para saber qué es lo que más nos gusta o en qué aspectos somos mejores. No hay que decaer.

Por otro lado, a los jóvenes en general que su fin no sea ser artistas, sino que les guste el arte, me gustaría decirles que apuesten y que creen una colección, es lo más enriquecedor que puede existir.

-¿Que reflexión puedes hacer sobre el estado del arte hoy?

-Contemplo que existen auténticas maravillas y que la capacidad inventiva y creativa del ser humano es abrumadora. La formación académica cada vez es más especializada e innovadora y la globalización ha sembrado el planeta de luz, de torrentes de ideas y de descubrimientos. Casi a diario, aparecen nuevos materiales muy ligados a la tecnología. Sin embargo, el arte depende mucho en la actualidad del mercado. Las últimas crisis mundiales han frenado sectores importantes del coleccionismo y, con ello, la producción artística y expansión de nuevas galerías. Podríamos decir que cada vez, los jóvenes, lo tenemos más complicado para acceder a las grandes esferas del arte y ser reconocidos.

También me gustaría mencionar en este punto, el papel de la mujer en el mundo del arte, que sigue estando representada en un porcentaje mucho más bajo que el del hombre y que es algo que, sin lugar a dudas, tenemos que cambiar entre todos.

Por Sebastián Saá


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