El texto en el teatro contemporáneo es, de diversos modos, desplazado por lo que podemos imaginar son las exploraciones visuales, táctiles, afectivas, incluso morales que se hacen en la puesta en escena de una obra. Otra imaginación sugerida, es la idea de que en esas exploraciones existe la intención de redefinir las relaciones entre los distintos públicos teatrales y las diversas escenas de teatro. Luego las imaginaciones que de ese problema surgen son considerablemente extensas y sinuosas.
En Coraje, Corazón y Rita, obra presentada en Teatro del Puente durante octubre y la primera semana de noviembre, dicho problema se aborda mediante el texto, haciendo explícitas las operaciones teatrales que buscan tensionar la relación de la escena con sus públicos. Tanto es así, que las tres monjas que vemos sobre el escenario –al igual que las actrices que vemos actuar, fenomenales- hacen su propia representación teatral dentro de la representación a la que asistimos los espectadores. Las monjas están preparando un “auto sacramental”, que según sus propias explicaciones, corresponde a un género teatral religioso que abordaba temáticas eucarísticas y era presentado en las celebraciones del “Corpus Christi” (o el Cuerpo de Cristo) de la iglesia católica. Tenemos así monólogos y diálogos donde las preguntas –y ataques- apuntan al teatro y su relación con la sociedad, sus públicos, el sentido que subjetivamente podemos otorgarle.
De forma astuta, Priscilla Guerra y Diego Ramírez escriben un texto que se ocupa de construir minuciosamente la historia que se nos presenta, de significar la contradictoria y múltiple escenografía con que se nos sorprende desde que entramos en la sala. Un texto que se ocupa de comentar, opinar y juzgar las propias operaciones teatrales en escena. Y es precisamente el texto, aquel elemento teatral comúnmente desplazado en las exploraciones del teatro contemporáneo (hacia zonas más sensoriales), mediante el cual se explora en Coraje, Corazón y Rita una redefinición de la relación entre los públicos y la escena teatrales. Un habla cómico, que juega con acentos argentino, español y chileno, cortes sorpresivos que renuevan la atención (y se permiten volver casi fotográfica la escena), ironías y burlas que no sólo hacen reír, sino que también dinamitan suavemente la tolerancia y la moral… Si bien el texto no ocupa una posición central en la obra, acerca al público a los mensajes de la obra, sensibiliza, erotiza, nos torna empáticos o juiciosos. La obra trae al texto a escena para hacer exploraciones donde generalmente lo desplazan e incluso lo niegan.
Por Rodrigo Rojas
El Ciudadano
Ficha Técnica
Autor: Diego Ramírez y Priscilla Guerra
Dirección: Priscilla Guerra
Elenco: Taira Court, Paula Jiménez, Mónica Ríos
Productora: Carolina Gajardo
Montaje: Bruto
Música: Daniel Maraboli
Diseño gráfico: Nibaldo Guerra
Fotografía: Diego Rojas