Una muchacha joven, ansiosa revuelve prendas de ropa dentro de una maleta absolutamente setentera, se detiene en algunas de ellas, las huele como si allí descansaran historias de otros tiempos. El espacio es austero: en la habitación unos bultos son cubiertos por una gran frazada, al centro una silla, al otro extremo, una silla y una mesa. Sobre la mesa destacan papeles, un mate, un termo, y una máquina de escribir. Golpe en la puerta y la muchacha busca entre los bultos un revolver, se acerca a la puerta y pregunta en francés “qui?”.
Ese es el punto de inicio de «Enero en París», la más reciente de las obras dirigidas por Gerardo Oettinger (“El otro baño” y “La pieza”), que cuenta la historia de una joven pareja de guerrilleros miristas, chilenos exiliados en Francia, que está a punto de embarcarse en una compleja operación de inteligencia para retornar al país, en donde tomarán las armas para luchar contra la dictadura de Pinochet. Desde esa escena inicial, la acción se desarrolla a punta de giros dramáticos, y mediante una espiral creciente que alterna tensión y relajación, casi como un pequeño thriller.
Podemos pensar que hoy, a más de veinte años de la salida del poder del dictador, las historias puntuales, las pequeñas vivencias pierden matices. El gran relato histórico de los hechos ocurridos arrasa con las sutilezas ¿Qué sintieron los asesinos de los profesores al momento de degollarlos? ¿Dudaron?, ¿Temblaron sus manos? O en el otro extremo ¿Qué pensaba el tirador mientras gatillaba su arma contra el auto que transportaba a Pinochet? La historia como disciplina, por su naturaleza suele centrarse en comprender e interpretar grandes procesos, y si bien existen la historia oral o la micro-historia, este tipo de preguntas suele ser soslayado al momento de pensar nuestro pasado. Ese ese el ámbito en que se mueve “Enero en París”: vemos los matices del pasado, haciéndonos recordar que todo eso fue construido por personas que amaron, dudaron, odiaron, que tenían egos y sueños. Justamente una de las riquezas de la obra dirigida por Oettinger es ponerle carne a un pasaje específico de nuestra historia reciente, mostrarnos algunas rugosidades de la lucha armada, la misma que hoy es olvidada por una parte importante de nuestra sociedad y negada por otra.
El valor de centrar la atención en la lucha armada, un proceso incómodo (para derechas e izquierdas renovadas), y hacerlo con honestidad es un mérito nada menor de este «Enero en París», porque además nos recuerda que frente a la historia oficial es en lo pequeño, en la particularidad y en el discurso no oficial, que el teatro se enriquece y saca una voz disonante siempre necesaria.
Las numerosas fortalezas de la historia contada hace que algunas debilidades actorales y de dirección puedan pasar inadvertidas, pero un desenlace poco logrado en términos dramáticos hace que la pieza lamentablemente se “desinfle” hacia el final; me refiero a la pérdida de tensión que se produce en la última parte de la obra, específicamente en una última escena muy gruesa frente a la fina construcción del resto de la obra.
A pesar de la opinión de +1 (quien me acompaña siempre al teatro), para quién la obra cuenta una historia muchas veces visitada, sostengo que, si bien esto es cierto, también lo es que «Enero en París» propone una mirada fresca y original a una etapa que aún duele, a una herida que aún no termina de cerrar, y que cada tanto se abre un poco, en un país en donde, por ejemplo el Estado le recomienda a la policía que uno de sus efectivos, asesino por la espalda de un mapuche, siga vistiendo uniforme, y siga en las calles con un arma al cinto. Alguien pensará que una cosa y otra no tienen nada que ver, pero esta obra es un claro intento de construir memoria para pensar el presente. La historiografía y el teatro son caminos paralelos hacia la memoria, y «Enero en París» es un tramo más en esa vía.
Dramaturgo y Dirección: Gerardo Oettinger.
Elenco: Susana Hidalgo, Fernando Álvarez, Etienne Jean Marc Vandoorne, Ana Burgos, Lea Lizama y Amalá Saint-Pierre.
Temporada: 16 de noviembre al 16 de diciembre.
Horario: jueves a sábado a las 21.30, domingo a las 20.30 horas.
Centro Cultural GAM, Sala: N1 (edificio B, segundo piso).
Entradas: $5.000, $3.000.
Por Fabián Escalona
El Ciudadano
Fotografía: Daniel Hanselmann