Congreso magistral

La tiene fácil el columnista, el crítico, el comentarista especializado cuando debe escribir de un concierto como el que ofreció Congreso la noche del sábado 17 de junio de 2023, máxime cuando éste te dispone de un asiento en la quinta fila, al centro: un lujo. Congreso presentó “Luz de Flash”, el disco del año en música chilena.

Congreso magistral

Autor: Absalón Opazo

Por Rodrigo Álvarez

Estamos frente a un grupo como pocos quedan en Chile. Que mezcla su historia, su repertorio enorme, su Valparaíso original, estilos e integrantes diversos, éxitos generacionales (“Hijo del Sol luminoso“ o “En todas las esquinas”) y una actividad plenamente vigente, al punto de dejarte obnubilado de hermosura.

Justo además que acaban de ganar el premio Pulsar a mejor disco del año, por “Luz de Flash”, compuesto por su baterista y fundador Sergio “Tilo” González, y que la noche del sábado fue interpretado en gran parte, sin desentonar en absoluto con el público, en el sentido que como tales solemos ir a pedir las canciones que conocemos, la carrera segura, el goce inmediato.

Pero no, este concierto -denominado En todas las esquinas que además nunca tocaron- estaba armado para que conociéramos esta gran obra que entra en una especie de top five de álbumes de Congreso, lo que no es poco. ¿Cómo diría “top five?” el Pancho Sazo?  

Vamos al show, partiendo por la solidez de la base sonora de la banda, entre Tilo González en batería y Raúl Aliaga en las percusiones, ambos dando espectáculo, dando fuerza escénica, sobre todo Aliaga, luciendo una enorme cantidad de instrumentos percutivos entretenidos de ver, e imaginamos, de tocar.

A este tándem hay que sumar al bajista Federico Faure (en la banda desde el 2006), y en otra línea los vientos de los históricos Pirovich y Atenas, y el teclado por momentos protagónico y aplaudido de Sebastián Almarza.

Pero en una faena completamente destacada está el rol de Pancho Sazo, un cantante que mantiene su registro, que sabe perfectamente lo que tiene, y lo que no; y que además actúa como anfitrión contumaz, divertido e ingenioso.

En cada intervención hizo gala de ese humor porteño-chileno, que parte riéndose de sí mismo, como cuando nos cuenta lo que le dice su mujer: ‘ya poh vendan algo’ aludiendo a los discos que el merch dispone en el foyer del teatro… o que ‘después dicen que estamos viejitos pero yo le hago caso al Mick Jagger cuando me dice que haga ejercicio’.

Show aparte, el público se entretuvo con él, su atril, su silla para afirmarse, su copa de tinto. Sazo me recordó el mejor estilo otros músicos-chilenos-buenos- anfitriones como Redolés, Nelson Schwenke, incluso Álvaro Henríquez, que siempre supieron manejar al respetable entre canción y canción. ‘Canten poh… ya, diosa de amor… a toda yegua’‘Esta canción postuló a Pulsar, ganó Pailita, pero bueno’, fueron algunas de sus perlas.

Todo el resto, y lo que importa, fueron las canciones y la afinidad con el público. De las nuevas y de las viejas, en casi todas sentimos estar dentro de un síncope de percusiones y bajos, siendo sometidos a remezones sonoros (que bien suena este @tm_lascondes) que destacaban lo particular que es la música de Congreso: música popular, medio jazz, medio de soundtrack, y mucho de canción chilena. Grandes interpretaciones, y complicidad frente a un repertorio tocado de memoria.

Mención destacada a la “La plaza de los sueños” y “El cielito de mi pieza”, dos momentos majestuosos de una jornada musical que no hizo sino hacernos salir con el corazón despachado de sábado por la noche, qué más se puede pedir. Congreso magistral, imperdible en vivo.

Fotos concierto: Rodrigo Álvarez

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