Volverse a escuchar, moviendo una grabación de lo análogo a lo digital para descubrir nuevas capas sonoras de un disco convertido en incunable y que tiene retazos en internet. Parece la sinopsis de una película que bien calza con los días presentes de los músicos de Contradicción que, animados a valorar su propio trabajo y compartiéndolo con el público, decidieron publicarlo remasterizándolo con tecnología de avanzada junto al ingeniero en sonido de la placa máster, Mariano Pavez, quien los registró en los entonces estudios Sonus.
El homónimo se estrenó en Spotify este viernes, con las trece canciones originales firmadas con Sony Music (Krater, 1996) por Juan Pablo Moraga (guitarra), Cristian Campos (voz), Erwin Cartes (bajo), Cristian Urrutia (batería) y Marcelo Sepúlveda (guitarra); nombres que luego de quedar inactiva la banda, siguieron componiendo y formando a Los Muertos, Sordera, Energúmeno, Portador y Club Calaca.
Del Hotel Araucano a Sony
La primerísima alineación fue Con las Botas Sucias a orillas del Bío Bío, despuntando los 90, integrada, también, por Patricio Oliva (guitarra) y Elvis Cornejo (batería), el que acondicionó una sala de ensayo en el restorán Millaray hasta donde llegaba el vocalista con uniforme después de las clases de cuarto medio, mientras los demás iniciaron estudios universitarios. Luego, Cornejo da paso a Urrutia en las baquetas, decantándose rápidamente en Contradicción como nombre y quinteto definitivo, reuniéndose en sus casas de San Pedro a probar maquetas, produciendo un demo registrado por Bernardo De La Sotta, distribuyéndose en Santiago con 50 casetes.
Con un imaginario sobre la frontera ancestral del río, la realidad de la posdictadura, más la diversidad de estilos musicales que surcaron desde la Nueva Canción Chilena, el rock experimental, hard y clásico; la banda armó un set con los que forjó un sonido en vivo recorriendo y acarreando instrumentos sobre los escenarios del incipiente circuito del rock penquista. A poco andar, tocan sucesivamente en la Red TV, Más Música y se presentan en la Casa del Deporte de la Universidad de Concepción (UdeC), meses en los que Igor Cerda asumió la primera guitarra. Allí, ocurrió un pasaje que da para un documental. Entre el público estuvo el director de Sony Music para Sudamérica, Leo García.
Una vez que Contradicción desenchufó los cables, García los contactó en camarines enterándose a través de la manager, María Angélica Ojeda, que viajaban a una gira a Alemania, tras obtener la selección del Goethe-Institut de Chile. De vuelta, se citan con García en el céntrico Hotel Araucano de Concepción, ofreciéndoles el ejecutivo un contrato con Sony Music, el que suscribieron. A los días, viajan a Santiago a realizar la producción fonográfica que tuvo el oído de Claudio Narea, la que vio la luz en el lanzamiento de la etiqueta Krater, filial de Sony Music, en el Tom Pub junto a Mauricio Redolés y La Rue Morgue.
Rotaron en MTV, programas musicales de la TV nacional, Rock&Pop TV y revista, y entregaron directos de alta performance en Santiago y Concepción, como aquellos históricos Grito de Fin de Siglo en el Foro UdeC y el Gimnasio Municipal, recitales que fueron –a la parábola del tiempo– una catarsis de ocupar un lugar en libertad, después del “Apagón cultural” del gobierno de facto cívico militar. El cartel de esos años imprimió en la grilla a Machuca, Santos Dumont, La Pozze Latina, Carroña, Orión, Fiskales Ad-Hok y Bambú.
Banda breve e intensa
«Al igual que nuestras presentaciones en vivo, la existencia de Contradicción fue muy intensa, visceral. Vivíamos el momento con mucha pasión, nada era planeado…, al momento de componer dejábamos fluir nuestras sensaciones, sin encasillarnos. Por eso el nombre de la agrupación. Hicimos muchas cosas en poco tiempo, tocábamos en cualquier lugar, a veces sin importar las condiciones técnicas que poco acompañaban en aquellos años, era una banda honesta que iba de frente en vivo y en la vida. Eso nos trajo gratas e inolvidables experiencias, pero también amargas vivencias. Finalmente, el tiempo y el destino nos reunieron nuevamente, descubriendo que tenemos el mismo ímpetu y la misma energía al momento de juntarnos y tocar», apuntaron los integrantes de Contradicción.