Crítica de cine: ‘CODA, Señales del corazón’ (2021), soñar en silencio

Por Wladimyr Valdivia Westphal

Crítica de cine: ‘CODA, Señales del corazón’ (2021), soñar en silencio

Autor: Carlos Montes

Por Wladimyr Valdivia Westphal.

Una de las cintas más nominadas del último año es ‘CODA’, segundo largometraje de la estadounidense Sian Heder (‘Tallulah’) que fue adquirido por Apple TV por más de 25 millones de dólares tras adjudicarse el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance. La cinta, remake de la película francesa ‘La Famille Bélier’ (2014) de Eric Lartigau, lleva por nombre el acrónimo que significa “Child of deaf adult” (Hijo de adulto sordo), y que a su vez, hace referencia a una terminología musical.

En un pueblo pesquero en Gloucester, Massachusetts, vive Ruby (Emilia Jones) junto a sus dos padres y su hermano mayor, los tres con discapacidad auditiva. Ella es la única del pueblo que se puede comunicar con ellos y, por tanto, es quien debe liderar el negocio familiar pesquero. Cuando surge la posibilidad de ser becada para una Escuela de Música por su talento para el canto, debe decidir por su futuro o su familia, quienes dependen completamente de ella.

‘CODA’ contiene todos los elementos de un drama familiar dominguero muy bien ejecutado, que con un humor generalmente blanco, presenta a una familia disfuncional, una protagonista menor de edad que empieza a descubrir el amor y la pasión por un talento inexplorado y un profesor y mejor amiga aliados que suplen la falta de apoyo hacia Ruby, todo en un entorno particularmente muy visto en producciones de este tipo: un pueblo pesquero funcional al trabajo marítimo con bares de amigos cerveceros donde todos se conocen, y un instituto de adolescentes variopintos que adornan la trama.

Sin embargo, Heder, que ya demostró una gran sensibilidad narrativa en su ópera prima ‘Tallulah’ (2016) -que también dirigió y escribió-, es capaz de adaptar la cinta francesa de Lartigau y dotarla de simpleza sin abandonar el poderoso componente emotivo, en una cinta hablada mayormente en lenguaje de señas, con personajes queribles desde el primer minuto y un potente mensaje de inclusión y no discriminación intrínseco a lo largo de toda la película. Es cierto que la convención de elementos, diálogos y situaciones pueden ser ganchos de siempre fácil acceso y condicionamiento al espectador, pero ‘CODA’ consigue combinar con éxito la música y el silencio, alcanzando momentos memorables que la desmarcan del cine sobreedulcorante.

Con la realización personal como tema de fondo, Emilia Jones (‘Ghostland’), en un desafío actoral, realiza un trabajo impresionante, cargando con todo el peso emocional de la cinta, para la que debió aprender el lenguaje de señas, mejorar su increíble capacidad para el canto y hasta aprender a pescar, en una interpretación, a ratos contenida y por momentos entregada completamente a las emociones de su personaje. Por otra parte, Troy Kotsur (‘The Number 23’), Daniel Durant (‘Switched at Birth’) y la ganadora del Oscar Marlee Matlin (‘Children of a Lesser God’), los tres actores sin capacidad auditiva, completan el reparto principal con una química tremenda como la familia Rossi, capaces de transmitir y apoderarse completamente de sus personajes.

‘CODA’ se gana su lugar gracias al excelente ejercicio de adaptación narrativa de Sian Heder y su talento tras la cámara para capturar los momentos, un rol protagónico de un diamante en bruto como Emilia Jones y el asertivo mensaje de inclusión y crecimiento personal, haciendo buen uso, como pocas veces, de los estereotipos del cine en función de una historia muy bien contada.


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