Por Wladimyr Valdivia Westphal.
‘Descuida, yo te cuido’ (‘I Care a Lot’) es uno de los estrenos de la semana en la plataforma de Netflix y reciente ganadora de un Globo de Oro a Mejor Actriz en Comedia o Musical para Rosamund Pike (‘Gone Girl’).
Dirigida por el inglés J Blakeson (‘The Disappearance of Alice Creed’), la cinta presenta a Marla Grayson (Rosamund Pike), una abogada sin escrúpulos que trabaja como tutora legal, quien mediante ilegales procedimientos, se hace cargo de adultos mayores que, por incapacidades físicas o psicológicas, deben ser trasladados a un centro de acogida, aprovechándose, de esta manera, de sus fortunas y herencias. Un negocio exitoso y rentable hasta que aparece Jennifer Peterson (Dianne Wiest), una víctima aparentemente sin familia y mucho dinero, pero que esconde un gran secreto: Roman (Peter Dinklage), un hijo mafioso y multimillonario que no permitirá que internen a su madre.
La cinta se presenta como un thriller de comedia negra sobre una estafadora y su compañera Fran (Eiza González), que hacen uso de todas sus influencias y vacíos normativos para aprovecharse de un sistema judicial y de salud en el que interviene el Estado, donde convive la inmoralidad y la corrupción institucional, en una acertada crítica al modelo, frivolizando el destino de los adultos mayores en una sociedad completamente injusta con ellos en casi todos los términos. En este aspecto, la cinta destaca por su intención, la excelente forma de presentar los hechos y un relato cómodo que, poco a poco, nos interna en el suspenso.
En una línea similar al de Amy, el personaje de Pike en ‘Gone Girl’ (2014), la actriz ofrece una actuación inmejorable para el papel que se exigía, como una mujer empoderada, pero a su vez manipuladora, egocéntrica y codiciosa, capaz de cualquier cosa con tal de alcanzar el éxito financiero. Junto a ella, todo el reparto responde, tanto la mexicana Eiza González (‘Baby Driver’) como Peter Dinklage (‘Game of Thrones’) y la dos veces ganadora del Oscar Dianne Wiest (‘Bullets Over Broadway’).
El problema del filme comienza cuando da su giro hacia el suspenso, dejando ese montaje lúdico y efectivo lleno de inteligente sarcasmo en sus escenas y diálogos, que recuerdan mucho al cine de Adam McKay o al de los hermanos Coen por su puesta en escena; para dar paso a un thriller cada vez más inverosímil y lleno de situaciones imposibles, en un guion que merecía, a partir de una idea potente y un excelente reparto, un desarrollo mucho más creíble, sin embargo, terminamos viendo a una civil enfrentarse de igual a igual a un séquito de gánsteres poco efectivos.
Si la cinta nos la presentasen derechamente como una comedia de acción, hablaríamos de una cinta entretenida y dinámica con una villana insuperable, sin embargo, J Blakeson apunta a más, y sucumbe ante la imperiosa necesidad de lo obvio, de las conveniencias narrativas y de satisfacer a una mayor cantidad de público fácil.