Por Wladimyr Valdivia Westphal.
El destacado realizador y documentalista británico Kevin Macdonald (‘El Último Rey de Escocia’, ‘Los Secretos del Poder’), siguiendo la línea más destacada de su filmografía de ficción, de recurrente temática política y de denuncia social, dirige uno de sus mejores trabajos a la fecha. Basado en la novela ‘Guantanamo Diary’ (2015) de Mohamedou Ould Slahi (MOS), se adentra en lo ocurrido con el propio autor, cuando fue detenido por los EEUU el 2002 por su presunta participación en los atentados del 11 de septiembre.
En agosto de 2002, Mohamedou Ould Slahi (Tahar Rahim) fue detenido por las fuerzas militares de los Estados Unidos en Afganistán y trasladado a la cárcel de Guantánamo en Cuba por sus vínculos con Al Qaeda y una supuesta relación cercana con el propio Osama Bin Laden, estando más de diez años en prisión y siendo torturado sin ninguna prueba de culpabilidad. Las abogadas defensoras Nancy Hollander (Jodie Foster) y su asistente Teri (Shailene Woodley) se hacen cargo de su caso ciñéndose al Habeas Corpus, debiendo enfrentar una serie de obstáculos por parte de servicios militares y de inteligencia, mientras descubren las atrocidades detrás del injusto encarcelamiento.
Durante más de 14 años, Ould Slahi escribió sus memorias en prisión, como cartas que le hacía llegar a Nancy, su abogada, como antecedentes para su defensoría. Estas memorias, convertidas luego en un libro de venta mundial, sirven de guion principal para que Macdonald retrate uno de los casos más emblemáticos sobre la Resolución del Gobierno norteamericano para el uso de las fuerzas contra los responsables de los ataques del 9/11, promulgada apenas siete días después de los atentados.
El director decide construir su relato a partir de la relación entre Mohamedou y su abogada, en un constante juego de confianzas, donde Nancy acepta el caso sin siquiera creer completamente en su inocencia, más bien porque su convicción indica que “toda persona tiene derecho a ser defendida y a un juicio justo”. Esta relación se ve fortalecida gracias al carisma de MOS y la empatía que genera en Nancy. Es así como ella nos hace testigos de la injusticia y las horribles vejaciones a las que MOS fue sometido durante años. La cinta se completa con la contraparte, un Fiscal Militar (Benedict Cumberbatch) empujado a demostrar la culpabilidad de MOS, siendo él quien represente los ojos del espectador, la mirada imparcial de una acusación sin pruebas, la posición de quienes podemos juzgar a partir de la escalada de antecedentes.
La cinta no es ajena a su posición política ni se complica en cuestionar la ilegalidad de los procedimientos militares de los EEUU, pero también es capaz de imponer su calidad de autobiográfica y ser una historia muy bien contada, con personajes si bien muy estereotipados, excelentemente conseguidos gracias a los cuatro principales nombres: Foster, Woodley, Cumberbatch y el sorprendente Tahar Rahim (‘Un Profeta’). Por otro lado, el director tampoco renuncia al entretenimiento, se centra en la investigación y nos permite hacer un fácil seguimiento de la historia, a pesar de no ser tan explícito con las escenas de torturas, que bien podrían haber buscado efectividad a favor del argumento. También la cinta extraña muchas más escenas en tribunales, que habrían dado más forma a su desenlace.
Cinco nominaciones a los Premios BAFTA y un Globo de Oro para Jodie Foster en una cinta que, a pesar de entregar diversas concesiones para convertirse en un thriller político de gusto y comprensión masiva, puede perfectamente exigir un lugar dentro de los mejores filmes contemporáneos de dramas carcelarios. Uno de los estrenos en Chile de esta semana disponible en cine online de Cinemark y CineHoyts.