Por Wladimyr Valdivia Westphal.
Uno de los estrenos más esperados del año era, sin duda, lo nuevo de Pixar tras el éxito de ‘Soul’ el año recién pasado. Para sorpresa de muchos, la nueva cinta estuvo a cargo del italiano Enrico Casarosa, nominado al Oscar con su cortometraje ‘The Moon’ (2011), frecuente artista creativo de las cintas más exitosas de Pixar, pero debutante en la dirección de un largometraje animado.
Situados en la Riviera Italiana en la década de los 50, una comunidad de monstruos marinos convive en las profundidades del océano, viviendo siempre resguardados de los peligros de la superficie. Luca, un niño monstruo, animado por su nuevo amigo Alberto, descubre que al salir del mar su cuerpo se vuelve humano. Así, comienza a conocer este nuevo mundo hasta verse envuelto en un peligro que amenaza su vida.
Inspirado en su propia infancia y en antiguos mitos y leyendas italianas, Casarosa y su equipo de animación nos regalan un nuevo trabajo visual de excelencia, desarrollando la cinta tanto en parajes submarinos como en un pequeño pueblo costero, lleno de personajes divertidos que conforman la vida de monstruo de Luca y su nueva personalidad en la superficie, expuesto a ser descubierto en cuanto su cuerpo entra en contacto con la más mínima gota de agua.
Pixar vuelve a echar mano de una fórmula más que probada, con una historia entrañable, aunque esta vez mucho más predecible, sostenida principalmente en el valor de la amistad, la familia y la autoaceptación y, con ellos, en tópicos subyacentes como la valentía, la superación y el ser capaces de vencer el miedo a lo desconocido; la monstruosidad como metáfora de quiénes somos y que no nos atrevemos a enfrentar, por diferencias físicas, sociales o culturales, por ser distintos a la mayoría o simplemente por miedo a encarar al mundo. Un relato que, una vez más, fue hecho con elementos de la narrativa infantil, pero cuyos argumentos trascienden cualquier edad. Es probablemente la visión europea del director la que consigue cierta distancia con otras películas de la marca, al fortalecer aún más los diálogos y el perfil de sus personajes, así como cierto naturalismo que nos recuerdan inevitablemente al cine de Miyazaki y el Studio Ghibli.
Gran mérito de la cinta recae también en los dos actores de voces principales, Jacob Tremblay (‘Room’, ‘Wonder’) y Jack Dylan Grazer (‘It’, ‘Shazam!’), dos de los actores jóvenes más carismáticos que ha dado Hollywood recientemente, que le otorgan a Luca y a Alberto respectivamente el grado de ternura e inocencia que la historia demandaba. Es Ercole, el villano de la película, lo más débil de la cinta, un personaje demasiado irrisorio y caricaturesco para la seriedad de los argumentos que se intentan instalar, donde se apela constantemente a la emoción y mundo interior de Luca y sus amigos, frente a la débil amenaza que significa Ercole para ellos.
‘Luca’ está lejos de clásicos de Pixar como ‘Toy Story’ (1995) o ‘Up’ (2009), tanto en la complejidad emocional de sus historias como en los niveles de empatía que logramos con sus personajes; sin embargo, resulta un excelente ejercicio sobre la tolerancia y el amor propio, con el siempre virtuosismo gráfico de Disney Pixar y un seguro entretenimiento, como siempre, para chicos y también para grandes. Un nuevo estreno de Disney+.