Crítica de Cine: «Maleficio» (2022), terror pagano desde Taiwán

La cinta sigue a Li Ronan (Hsuan-yen Tsai), una mujer que carga con una maldición tras transgredir un tabú religioso, quien ahora intenta rehacer su vida junto a su hija pequeña, la que comienza a recibir las consecuencias de la condena de Ronan.

Crítica de Cine: «Maleficio» (2022), terror pagano desde Taiwán

Autor: Absalón Opazo

Por Wladimyr Valdivia Westphal

Con el cartel de “la película taiwanesa más taquillera de todos los tiempos” llegó a la plataforma de Netflix la cinta de terror ‘Incantation’ (‘Maleficio’), dirigida y coescrita por Kevin Ko (‘Invitation Only’) e inspirada en una serie de hechos de la vida real sucedidos en Taiwán un par de años atrás.

La cinta sigue a Li Ronan (Hsuan-yen Tsai), una mujer que carga con una maldición tras transgredir un tabú religioso, quien ahora intenta rehacer su vida junto a su hija pequeña, la que comienza a recibir las consecuencias de la condena de Ronan. Por otra parte, se nos presenta el origen de la maldición, cuando la mujer junto a dos amigos, mientras filmaban un video blog como cazadores de mitos sobrenaturales algunos años atrás, visitaron una misteriosa secta.

‘Maleficio’ retoma el efectivo ejercicio visual del found footage, o metraje encontrado, que popularizara ‘The Blair Witch Project’ en 1999. Este recurso resulta ideal para retratar la historia de Ronan y así intentar justificar su constante necesidad de filmarlo todo: sus visitas a lugares “malditos” cuando joven, el reencuentro con su hija que significa una nueva vida para ella, la vigilancia de su hogar ante la aparición de extraños sucesos o cada conversación con personas que forman parte de su investigación.

Este subgénero, que generalmente se asocia al terror por las posibilidades que ofrece, siempre puede resultar forzado o un tramposo método para conducir la narrativa de la historia sin dar muchas explicaciones, y ‘Maleficio’ no escapa a ello, sin embargo, no abusa de los golpes de sonido ni los sustos fáciles en pantalla, y su atmósfera es lo suficientemente inquietante de principio a fin, permitiéndole cumplir su objetivo con creces. Además, hace uso de manera muy inteligente del espectador, al involucrarnos de forma cómplice con la historia a través de un ingenioso ensayo de falsa realidad.

Dispuesto a ir más lejos aún, Kevin Ko apuesta por llevar la historia mediante dos líneas narrativas de forma paralela, una en el presente con Ronan y su hija, y otra en el pasado, con una Ronan joven, intrépida y, en ese entonces, cazadora de mitos junto a dos amigos. Es este recurso su principal piedra de tope, al no afinar ninguno de los dos relatos, creando cierta confusión temporal, no hilando hechos de manera clara y apoyado por un montaje abrupto que poco ayuda a entrelazar ambas líneas para que converjan en un arco argumental sólido y poco interpretativo. Tampoco releva demasiado a sus personajes secundarios, desperdiciando así el contexto y convirtiéndolos en meras circunstancias del sufrimiento y martirio de su protagonista.

El director no necesita innovar en su formato escogido y utiliza todas las posibilidades que el found footage le ofrece: webcams, videocámara en mano, visión nocturna, cámaras de vigilancia y falsas imágenes de televisión; exprime al máximo su lenguaje para atraparnos en una historia de cultos paganos orientales, adoración sectaria, profanación, misticismo y simbologías folclóricas que, para el público occidental, siempre funciona con particular misterio.

Las similitudes en relato y estilo con las japonesas ‘Ringu’ de Hideo Nakata (1998), ‘Ju-On’ (2000) o incluso con la reciente cinta tailandesa ‘The Medium’ (2021) son más que evidentes, sin embargo, y pese a cualquier maniqueísmo respecto al horror sobrenatural, ‘Maleficio’ es capaz de hacernos pasar un mal rato con ideas -poco innovadoras- bien ejecutadas y un clima de esoterismo folclórico que acaba funcionando.

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