Crítica de cine: ‘Music’ (2021), el fallido debut de Sia

Por Wladimyr Valdivia Westphal

Crítica de cine: ‘Music’ (2021), el fallido debut de Sia

Autor: Carlos Montes

Por Wladimyr Valdivia Westphal.

La cantante australiana de 45 años Sia, quien ha dirigido gran parte de sus principales vídeos musicales, hace su debut en el cine con su primer largometraje titulado ‘Music’, protagonizado por Kate Hudson y Maddie Ziegler, esta última frecuente colaboradora y ahijada artística de Sia, recordada por su participación protagónica en el vídeo de la canción “Chandelier” (2014).

Zu (Kate Hudson), quien acaba de dejar el alcohol, es notificada de la muerte de su abuela, quien cuidaba de Music (Maddie Ziegler), una niña con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) y hermanastra de Zu, por lo que debe hacerse cargo de ella, a pesar de la poca relación que ellas tienen.

Desde la aparición del tráiler el año pasado, la cinta ya había sido criticada por personas y sectores cercanos al autismo por utilizar una actriz neurotípica para el papel de Music y no alguien que padezca el trastorno. Ahora, tras su estreno, las críticas se multiplicaron, comentarios que fueron bien recibidos por su directora y guionista, ante los cuales ofreció disculpas por no haberse informado lo suficiente para realizar la película. Pero ¿Qué pasa con ‘Music’?

La cinta ofrece una mirada particular acerca del entorno y la convivencia con una persona con TEA, presentándonos, a lo largo de todo el filme, dos realidades totalmente opuestas. Por una parte, el día a día de Music y su relación con el mundo, en donde varios vecinos forman parte de su vida al ayudarla secreta y desinteresadamente en su rutina diaria callejera: salir de su casa, recibir regalos de un kioskero, comprar alguna fruta, visitar una biblioteca para leer su libro favorito sobre perros y volver a casa sana y salva. Por otra parte, vemos el mundo al interior de la cabeza de Music: coloridos números musicales en donde participan sus conocidos, con letras que evocan sus pensamientos sobre lo que piensa, lo que siente, lo que sucedió durante el día.

Evidentemente, la intención de Sia era sensibilizar al público respecto a las personas que sufren este tipo de trastorno, sin embargo, la cinta falla rotundamente, cometiendo errores narrativos, técnicos y humanos. En términos argumentales, la película ofrece una colección interminable de tópicos y clichés propios de cualquier drama romántico entre Zu y su servicial vecino, dejando a Music como una mera anécdota y el único nexo para el desarrollo de este idilio amoroso, adornado por la acogida de Zu hacia su hermana, quien le da una lección sobre el valor de la vida y la autoaceptación. Tanto Kate Hudson (‘Almost Famous’) como Leslie Odom Jr. (‘Hamilton’) realizan un correcto trabajo, en lo emocional como en lo físico, pero sucumben ante un guion totalmente previsible y que dibujó sus personalidades como seres de bondad e inocencia infinita.

Sin embargo, es el personaje de Music el que no termina por convencer ni acomodarse a una cinta que debiese estar diseñada para empatizar completamente con su existencia. Y es que, en primer lugar, es imposible aceptar, como espectadores, que lo que estamos viendo es real (dentro de la ficción) si sabemos que la actriz que personifica a Music no sufre ningún tipo de trastorno y está imitando a alguien que sí lo padece. Por supuesto que hay casos en la historia del cine donde esto ha funcionado, pero no es lo normal, y mucho menos cuando es un personaje con severos daños del lenguaje e intensos patrones conductuales. Además, la directora decidió infantilizar un comportamiento que no debiese responder a una edad mental diferente sino que solo a un modo distinto de comprender el medio. Y es que las empalagosas piezas musicales que intercalan la cinta -bien bailadas pero mejor cantadas- no sólo se defragmentan de la narración visual de la cinta, sino que también caricaturizan los procesos mentales de Music, en un ejercicio experimental que sirve, principalmente, para que la directora presente diez canciones inéditas prontas a salir en su próximo álbum.

‘Music’ se equivoca ante la necesidad de dar un mensaje de inclusión y un golpe de humanidad, mientras presenta a una niña con TEA como un problema y motivo de sufrimiento para sus cuidadores, algo muy lejano a la realidad; y se cae estrepitosamente al no profundizar en lo que ella misma propone, dedicándose a maquetear personalidades sacadas de un cuento infantil romántico de castillos, príncipes y final feliz.


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