Tercera parte de la nueva saga de Spider-man y secuela directa de ‘Spider-Man: Far From Home’ (2019), que relata los hechos tras lo sucedido con Mysterio (Jack Gyllenhaal) y la revelación de la verdadera identidad de Spider-Man al mundo. Vuelve a dirigir Jon Watts (‘Cop Car’), quien esta vez explora las posibilidades del multiverso, incorporando personajes de las franquicias pasadas, lo que la convirtió rápidamente en una de las cintas más esperadas del año y del Universo Cinematográfico de Marvel.
Luego de darse a conocer que Peter Parker es el hombre detrás de la máscara de Spider-Man y ser considerado culpable de la muerte de Mysterio, Peter (Tom Holland) acude al Dr. Strange (Benedict Cumberbatch) para poder revertir el tiempo a un punto previo a la revelación. Pero algo sale mal, lo que ocasiona una fractura en el espacio-tiempo, abriendo brechas entre otros universos, permitiendo la llegada de villanos de otras realidades, contra los que ahora Peter debe dar batalla para volver a poner al Universo en su lugar.
Tras las grandes expectativas que generaron las primeras noticias de la cinta y sus posteriores avances, Watts logró crear su película más sólida de toda la trilogía encabezada por Tom Holland, dotando a su personaje de humanidad más que nunca, incorporando queridos y extrañados personajes de las anteriores franquicias, tanto la de Sam Raimi (Tobey Maguire, Duende Verde, Dr. Octopus, Sandman) como la de Marc Webb (Andrew Garfield, Lagarto, Electro), e incorporó una serie inagotable de guiños y referencias, tanto a las anteriores cintas como a la novela gráfica. Sumado a esto, logra cerrar diversos arcos dramáticos pendientes, le da valor a personajes secundarios que antes brillaron como adornos, ofrece un tercio final lleno de acción y emoción y se muestra consecuente a la narrativa de las películas predecesoras en términos de evolución, de perfiles psicológicos y la conexión con el Universo Cinematográfico de Marvel.
Pero resulta imposible dejar pasar la gran cantidad de conveniencias y situaciones absurdas que nos ofrece su guión, de nuevo a cargo de Chris McKenna y Erik Sommers, con un Peter Parker que, tras las experiencias en diversas batallas junto a los Vengadores y sus pasados enfrentamientos contra Buitre (‘Homecoming’) y Mysterio (‘Far From Home’), cae en juegos de confianza e inocencia difíciles de tolerar; mientras que Dr. Strange parece olvidar el impacto de la alteración del tiempo para cooperar con una causa personal de grandes daños colaterales. Por otra parte, Disney vuelve a evidenciar su mano sobre el tratamiento y el mensaje del filme, que cae en un buenismo innecesario que determina fuertemente en su mensaje y resultado.
‘Spider-Man: No Way Home’ (Spider-Man: Sin Camino a Casa’) es, sin duda, una de las mejores cintas protagonizadas por el Hombre Araña a la fecha, y ofrece todo lo que un fanático de la saga y del personaje querría tener, pero no perdamos el buen juicio; el fan service no siempre es sinónimo de calidad cinematográfica, y si consideramos que ‘Avengers: Infinity War’ (2018) revolucionó el cine de superhéroes y marcó un nuevo estándar de acción y fantasía en caudales alucinantes y hasta grotescamente bien elaborados, esta nueva entrega esta lejos de obras cumbres de la fábrica de Marvel.