Crítica disco: Duo Razzano – «Shows»

Recientemente el Dúo Razzano ha editado un nuevo álbum, el segundo en su discografía detrás del excelente EP “Bohemia Antigua” (2011), que recopila parte de sus actuaciones realizadas durante el último año en lugares como el Galpón Víctor Jara, la Fonda Permanente la Popular y la Sala Salitre recogiendo un repertorio de hermosos y nunca […]

Crítica disco: Duo Razzano – «Shows»

Autor: Cristobal Cornejo

Recientemente el Dúo Razzano ha editado un nuevo álbum, el segundo en su discografía detrás del excelente EP “Bohemia Antigua” (2011), que recopila parte de sus actuaciones realizadas durante el último año en lugares como el Galpón Víctor Jara, la Fonda Permanente la Popular y la Sala Salitre recogiendo un repertorio de hermosos y nunca olvidados clásicos del cancionero popular latinoamericano y español.

La gracia del Dúo Razzano es que intenta recuperar la tradición de los antiguos músicos urbanos que integraban dúos o tríos de guitarristas para amenizar veladas en quintas de recreo, picadas y fiestas de arrabal con solamente la voz y el acompañamiento de las seis cuerdas. De hecho el dúo debe su nombre a José Razzano, eximio guitarrista tanguero argentino contemporáneo de Carlos Gardel y que sentó un gran precedente a la hora de interpretar el tango en la guitarra.

Como quien escribe esta reseña proviene familiarmente del barrio Matadero de Santiago, puede señalar que por ascendiente familiar conoció de cerca en las fiestas y picadas de la familia el accionar y arte de músicos como éstos. El Dúo Razzano lo hace con calidad y sortea con éxito la impostación deliberada de tanto esnobismo que rodea actualmente el quehacer de nuestra música urbana. La música del Dúo suena diáfana y llena de sentimiento real. Los arreglos de guitarra son impecables, debidos sin duda al primera guitarra Juan Pablo Cabello, pero es la voz de Carlos Muñoz Cañas– que también oficia de segunda guitarra- la que le da su esencia e identidad a la música de la agrupación.

Pues Muñoz canta con un sentimentalismo muy varonil y lleno de conocimiento. No es cuestión de llegar y cantar tangos como “Nostalgias”, boleros como “La Copa Rota” o temas hispanos como “La Malagueña” como si fueran simples canciones indistintas. Para entonar estos temas que ya llevan casi un siglo de vida, hay que tener calle a cuestas, hay que haber bajado de la Plaza Italia al arrabal o bien, hay que haber pasado una infancia rodeado de música y de músicos populares que sólo se conocen en los barrios con identidad y arraigo popular. De otro modo se corre el riesgo de caer en el más espantoso de los ridículos. En suma, hay que haberse asomado a una bohemia que ya no existe pero que de algún modo impregna nuestra memoria musical, ésa que tanto hay que rescatar y que por suerte ya lleva algún tramo de reivindicación en los trabajos de musicólogos e historiadores como Juan Pablo González o Claudio Rolle, por citar los casos más relevantes.

Y el Dúo Razzano logra esta empresa de resurrección musical con calidad y con certero respeto por estos originales. Carlos Muñoz logra en algunos pasajes de los tangos recreados un notable parecido con el arte vocal del gran Héctor Mauré, pues la música alcanza niveles de notable evocación y profundidad. Y lo mismo sucede cuando el Dúo arremete con los boleros o los valses peruanos. En realidad a estas alturas cuesta referirse a estos estilos como fuetes que no sean chilenas. ¿Podemos decir a esta parte de la historia que “Volver” es un tango argentino? Personalmente creo que la mayoría de estas hermosas y bellas canciones ya se han internalizado en el ser musical de nuestro país y aunque provengan de otras latitudes hermanas ya son temas chilenos en propiedad.

Pero más allá de estas especulaciones, no cabe sino saludar la labor del Dúo Razzano con entusiasmo y regocijo ya que se trata de una propuesta que intenta recomponer un referente hoy algo esfumado en el tiempo y en el estrés capitalino.

El disco tiene una presentación sencilla pero con una foto en blanco y negro muy sugerente de los integrantes del dúo, y lo mismo con la foto de contratapa ambientada en un contexto de bares y copas rotas, de ésas que tanto abundan en las vidas de muchos, aunque la bohemia, si es que existe, tenga hoy en día otra estética imbuida de celulares, drogas duras y novelas seudo-existencialistas.  El sonido del disco es bueno aunque algo despojado y seco, pero logra captar la voz de Muñoz con claridad y permite apreciar la sutileza de la guitarra de Juan Pablo.

Un disco que hará las delicias de los mayores de cincuenta y que proporciona a los más jóvenes la posibilidad de escuchar sin prejuicios una música que marca una época dorada del cancionero iberoamericano, con calidad, con emoción y con una expresividad auténticamente chilena.

DÚO RAZZANO 

“SHOWS”,

CD, AUTOEDICIÓN,

2012

fotografía de referencia

Por Fabios Salas Zuñiga

El Ciudadano


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