Se trata de una escultura sonora increíble, realizada por el artista sonoro Ariel Bustamante y el arquitecto Alfredo Thiermann y la empresa KRAH, que no sólo financió gran parte del proyecto, sino que se hizo parte en el desarrollo y su implementación. De hecho, la escultura fue realizada en su planta de Lampa, gracias al compromiso y trabajo de su personal, un equipo de 30 personas entre operarios e ingenieros, que trabajó incesantemente durante cinco meses junto a los artistas, diez horas al día.
La escultura pone un estímulo muy potente en el centro urbano más denso, y además está hecha por un trabajo interdisciplinario entre los artistas y la empresa privada. La obra se inspira en una residencia que hizo Ariel Bustamaente en la Antártica, y la tradujeron a una experiencia.
Pese a su juventud, ambos artistas tienen una trayectoria más que destacada. Alfredo Thiermann ganó el concurso de montaje de la ultima bienal de diseño y Ariel Bustamante ha desarrollado una destacada carrera como artista sonoro, exhibiendo su obra en Chile y el mundo.