1. Para arrancar esta conversación, cuéntanos un poco sobre cómo has vivido este nuevo mundo tras la revuelta popular de octubre y la pandemia.
Lo he vivido con muchos altibajos, mucha emoción, mucha incertidumbre, alegría, miedo, stress, covid, de todo. Hasta me dio COVID, he tenido «muertes» y resucitaciones pero ahora estoy en una especie de meseta, un poco más aclimatada ante tanto acontecimiento.
2. Cuéntanos cuánto ha afectado este tiempo -tanto en lo bueno como en lo malo- tu dimensión de trabajadora de la cultura.
Lo más duro ha sido el encierro y no poder tocar en vivo, ya que era parte de mi cotidiano y mi manera de socializar. Siempre me he sentido trabajadora de la cultura pero del mundo aparte de la cultura, del mundo alternativo, siempre me las he rebuscado para seguir en mis caminos trabajando y en este tiempo no ha sido diferente. Durante el encierro empecé a aprender a hacer animaciones así que extendí mi expresión en clave música y animaciones.
Toqué harto en vivo de forma online y he compuesto harto así que desde mi mundo aparte de trabajadora de la cultura he estado bien productiva.
3. Acabas de estrenar El mapa de los Días. El nombre es perfecto para lo que propones con estas 10 canciones: preguntas, juicios sobre la realidad -tanto la propia como la colectiva-, miradas políticas. Cuéntanos -a nivel de los contenidos que tratas- cómo fue el proceso de creación de esta cartografía.
Este proceso comenzó el 2018, tras mi participación en la residencia de Chilly Gonzales -el Gonzervatory- y post gira de 20 días seguidos en el viejo continente. Al llegar acá tocamos y no fue casi nadie, eso fue un golpe con la realidad. Una pregunta se puso en mi mente, ¿cómo seguir viviendo mi vida musical? Así que pensé en uno de los aprendizajes rescatados del Gonzervatory: «Creer en tu primera idea». Mezclada con un ejercicio que había visto hacer a mi pareja -el músico Oso el Roto- de hacer una canción al día.
A mediados de julio de 2018 empecé a hacer el ejercicio de hacer una canción al día, poniéndome las siguientes reglas: No demorarme más de tres horas en hacer la canción; empezar y terminar la primera idea musical -independiente si me convence/guste o no-; publicar la canción en Soundcloud y hacer este movimiento de lunes a viernes -hasta completar 30 canciones-.
Y así lo hice. Completé las 30 canciones y me encantó el ejercicio, fue un autodescubrimiento increíble. También pude observar cómo creaba y luego de eso salieron muchas canciones mediocres y muchas que me gustaron mucho. Todos los días que lo hice fueron aprendizaje y descubrimiento.
Me enamoré tanto del proceso que en octubre del mismo año quise hacer Songtober con las mismas reglas e inspirada por el ejercicio que hacen los dibujantes en el proyecto Inktober -movimiento de creación visual colectiva originado por Jake Parker en 2009-, así que de eso también salieron 30 canciones más.
Luego intenté empezar el mismo desafío de componer diariamente pero a las 5:30 AM. De la cama al compu y teclado. Duré una semana haciendo eso pero de ahí salieron cinco canciones más.
En total había compuesto 75 canciones, de diferentes estilos, con diferentes sonoridades.
Las letras y todo era inspirado por lo que sentía en el momento de componer.
Un amigo -Martín Pérez Roa- que tiene el Estudio Niebla, productor y con quien había trabajado mi anterior EP, Tiempo negro, me dijo que trabajáramos en un disco nuevo en clave más bien rap y fue ahí que hice una preselección de unos 15 temas hasta que nos quedamos con 10 temas que regrabamos y retrabajamos. Algunos quedaron igual a los demos y otros cambiaron un poco. Lo grabamos entre fines de 2018 y comienzos de 2019 hasta que llegó la pandemia.
Intenté cruzar el concepto de los días con la manera bizarra en que vivimos el paso de los días durante el encierro a través de pequeños diálogos entre las canciones.
4. ¿Qué lecciones sacaste de tus ejercicios creativos al hacer una canción por día y que te sirvieron para lograr El mapa de los días?
Entender que una obra no es 100% tuya cuando la compartes y/o publicas. Me pasó algunos días haber hecho canciones que encontraba super mediocres, las ponía en Soundcloud y un amigo X me decía, «¡ooohh, me encanta esa canción!».
Uno crea desde uno, desde su subjetividad y su gusto -asunto súper personal-. Y todo esto tiene que ver con lo que uno ha escuchado y vivido y eso es diferente a las vivencias y el mundo de las personas que escuchan. Finalmente, hay puntos donde choca la subjetividad nomás, así que más que nunca creo que uno no puede hacer, crear o componer, pensando en un supuesto, en lo que quizás le podría gustar a un otro. No tenemos certezas.
Me queda súper más claro, también, que lo estético no es estático y por eso obligarse a producir una obra como ejercicio, estudio o lo que sea, puede que inmediatamente no nos satisfaga lo suficiente, aunque después sí suceda y le pueda suceder a otro.
También me enamoré de la disciplina. La palabra disciplina es una palabra asociada a lo pajero, a lo fome, pero pucha que da frutos. A veces cuesta tanto empezar a hacer algo, te da tanta paja y seguir adelante cuando no te gusta o convence, pero en el proceso las cosas mutan y eso es tan bacán también, ver que cuando terminas de hacer lo que empezaste puede que te guste y que te gustó a pesar de tu inicio pajero y sin estar convencido.
5. ¿Qué es lo que más te gusta del formato canción a la hora de desarrollar tu trabajo creativo? ¿Cómo desarrollas la dimensión compositiva, musical en tu obra?
Lo que más me gusta del formato canción o del formato sonido es que registra -comunica- algo que personalmente otro medio no logra de manera tan intuitiva e inmediata. Uno escucha un sonido y se puede sentir melancólico o rabioso o sexy. Con otras maneras de crear, como un libro o una pintura, también se da esto pero creo que con el sonido es más inmediato.
Mi desarrollo compositivo está ligado a estos pies forzados que me pongo, por ejemplo, decidir que una canción tendrá guitarras -como “En el campo”- y de inmediato para mí las guitarras me sugieren algo sureño, campestre, melancólico.
6. Es posible conocer tu postura sobre la escena creativa -musical- con la canción “Monopolio”. Cuéntanos un poco más en detalle tus juicios sobre las dificultades que enfrentas como trabajadora de la cultura en nuestro país.
Creo que uno de los problemas es que debido a los pocos espacios o a la poca atención a la cultura que tenemos en el país -desde la educación hasta lo institucional-, empezamos a ver a muchos artistas ‘que funcionan’ repetidos hasta el infinito en los medios de difusión masiva. Es como que porque hay pocos recursos, no hubiese espacio para tomar ningún riesgo. El mismo Fondart funciona casi como sello del gobierno, hay que mostrar muchos papeles demostrando que tienes plan de prensa y difusión, es lo que más les importara, más que la obra en sí.
La cultura debería ser un derecho, no un lujo o un relleno. Las artes son testimonio de nuestro paso por acá y debería reconocerse y atesorarse en toda su diversidad. Ya se pone complicado para mí cuando hablan de «industrias culturales». Si lo pensamos, ¿qué son las industrias? Entidades que funcionan en base a la rentabilidad. O sea ¿debemos crear basados en una rentabilidad? ¿oferta-demanda? Me parece algo horrible.
Como dije, lo estético no es estático y si basamos la cultura en cuánta plata nos hace ganar, se apela demasiado a la inmediatez y creo que durante la historia hemos visto demasiados casos que dejan en claro que las expresiones culturales no se pueden juzgar por su inmediatez ni su rentabilidad. Pero bueno, me hace sentido ya que nuestro sistema neoliberalista abarca todo, las políticas y lamentablemente, las mentes; entonces, cuando veo a alguien juzgando o mirando en menos a otro por que no gastó millones en el estudio de grabación o en cosas caras para crear, pienso que tenemos que hacer un cambio personal y global también. No entiendo cuando se llenan la boca con Violeta Parra y cosas así, siendo que sus grabaciones eran más bien caseras y ella salía a los campos a registrar la música rural. Mientras que acá te piden muchas cosas que tienen que ver con “calidad de grabación” para salir en cualquier parte y nadie le da ningún espacio de difusión masiva a quienes hacen música en sus casas. En fin, la hipocresía.
7. ¿Qué música estás escuchando por estos tiempos? ¿Cómo esta música influye en tus proyectos creativos actuales?
Últimamente he estado escuchando harto trap francés, me pegué con un rapero negro albino del congo refugiado en Francia que se llama Kalash Criminel, me encantan sus rítmos y sus letras son bien políticas. Al final en países que uno cree más desarrollados como Francia, hay ene segregación y uno lo puede ver en los videos y letras.
De acá he estado escuchando el último disco de GolpeBalaBeso, proyecto acústico rancheristico punk de los Niñx Debacle. Ellos son un grupo de gente que me parece bien interesante. Creo que son anarkistas y difunden todo en Youtube, Soundcloud, ponen sus discos gratis para bajar y mucha gente los escucha. Me gusta cómo enfocan su vida al margen del sistema. Como Niñx Debacle la música que hacen es más rap-trap, son de la idea «no voto me organizo» pero les creo, me parecen re coherentes en todo su discurso y cuando hacen trap al contrario de lo que uno se podría imaginar del estilo las letras apelan a no drogarse, a robar para repartir, al caos, por nombrar algunos temas.
Cuando voy a componer algo nuevo parto copiando las baterías por ejemplo, y de ahí me voy para otro lado así que influyen directamente. Te pongo el caso de un tema de Kalash Criminel con Damso que tiene una batería re interesante, entonces la estudio, le saco el rollo para imitarla y desde ahí partir a hacer algo mío.
8. Finalmente, ¿tienes alguna expectativa con la reacción que tenga el público cuando escuche El Mapa de los Días?
La verdad es que me auto obligo a tener súper pocas expectativas. Uno saca un disco y generalmente no pasa mucho en el sentido de que uno «no se hace más famoso» o algo así.
Más que una expectativa espero que le haga pasar un buen rato a las personas que lo escuchan y que ojalá a alguien le tinque escribir sobre el disco más que copiar literal el comunicado de prensa.