Muchas veces se cuenta cómo se asustó el público que vio por primera vez el corto que mostraba un tren llegando a una estación, filmado por los Lumière. Otros hablan del cine de Edison. Pero hallazgos recientes ponen en duda todo, y aparece un contendiente más antiguo al título de pionero en el séptimo arte: en un suburbio de Leeds, el 14 de octubre de 1888 (hace más de 125 años), se realizaba la verdadera película más antigua de la historia. Su productor desapareció antes de poder reclamar su lugar en la historia del cine.
Louis Le Prince llevaba consigo una curiosa caja de caoba y le pidió a los demás presentes -su hijo, suegros y una amiga- que caminaran en círculo frente a la caja. La caja era la cámara Le Prince y todavía podemos ver la muy corta y silenciosa escena que capturó. Esa película fue filmada varios años antes de que Edison y los hermanos Lumière hicieran algo parecido. David Wilkinson hizo un film titulado La primera película, donde insiste en que Le Prince es el verdadero padre de la cinematografía.
Le Prince nació en Metz, estudió química y física en la universidad y luego trabajó como fotógrafo y pintor, antes de que le ofrecieran trabajo en la firma de ingeniería de John Whitley en la ciudad de Leeds. En 1878, Eadweard Muybridge puso 12 cámaras en fila para fotografiar un caballo de carreras en movimiento y logró la sensación de movimiento pero no capturó ese movimiento realmente como lo hacen las cámaras de cine. Le Prince no solo logró hacer cine sino que experimentó con técnicas de proyección para presentar en público por primera vez en Nueva York en 1890. Pero nunca llegó.
Le Prince abordó un tren que iba de Dijon a París en septiembre de 1890. Nadie lo volvió a ver jamás. Hay teorías que hablan de asesinato, de suicidio, de bancarrotas, de cambio de nombre y hasta de homosexualidad. “De no haber desaparecido, su película habría sido presentada en Nueva York”, “habría hecho lo mismo que Edison y los hermanos Lumière, sólo que antes que ellos. Habría sido famoso”.
Sea como fuere, hoy lo conocemos. La historia cambia. Y bien vale reivindicarlo. Aquí les dejamos la peliculita, repetida varias veces (dado que es muy corta):