Hay noches de desvelos improductivos (en mi caso, la mayoría). Pero también hay noches de desvelos improductivos en las que tras pasar horas delante del monitor encuentro joyas como la siguiente, que, sin lugar a dudas, resemantizan toda la noche.
Se trata de una fotógrafa llamada Caroline Rosalie Brouard. Nada sabemos de ella, excepto que también se dedica a la pintura y a la dirección de arte.
A pesar de la falta de información en los medios, cuenta con una obra francamente personal y seductora. SU sensibilidad y su luz son exquisitas. Aquí va la prueba:
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