Con una sonoridad que se engarza con la idea que refleja su nombre, el primer registro de Gandjarvas, parece venir a darle un impulso a algo que se había adormecido, que había tenido un espacio en blanco, donde algunas que otras agrupaciones asomaban la cabeza de un tanto en tanto, para decirnos: aquí seguimos, aquí todavía esta este cruce musical, aquí todavía están estas ideas que nos nutrieron, todavía está esta mezcla de rock, sonidos latinoamericanos y temas sociales, al que ahora le han sumado más ganas y otras yerbas.
Por eso es un nombre que me calza, que me hace eco, que si bien puede que complique a otros, le hace sentido a lo expuesto, pero a la vez me siembra la duda, de como se hace algo para que no sólo sea la vieja escuela, sino que tenga la potencia de una parte nuevo, de un decir desde el hoy, no sólo en la temática, que ya aparece, sino en la concepción de un aporte musical que los haga lograr que ese impulso que se puede vivenciar al escuchar el disco, se suba a los escenarios y se haga música viva.
Gandjarvas
De la vieja escuela
Odiseo Records
(P) 2010
Jordi Berenguer
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Onda Corta
El Ciudadano